El mejor SUV de Opel llega para poner en apuros a sus rivales

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El nuevo Grandland es muy top
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El Opel Grandland ha sido renovado con el objetivo claro de reforzar su presencia en el competitivo segmento de los SUV compactos. Con un diseño exterior completamente actualizado, adopta el lenguaje visual Vizor de la marca, con una parrilla frontal integrada que incorpora el emblema de Opel iluminado, faros estilizados y una firma lumínica trasera que recorre todo el ancho del vehículo. Este enfoque estético busca diferenciar al modelo con una imagen más tecnológica, sólida y reconocible dentro de la gama.
Con una longitud de 4,65 metros, el nuevo Grandland se sitúa en la zona alta del segmento C, destacando por una habitabilidad superior. Llama especialmente la atención el aumento de espacio para los pasajeros traseros y una capacidad de maletero que parte de los 514 litros, ofreciendo una de las mejores cifras en su categoría. El enfoque práctico y familiar se combina con un interior que ha evolucionado hacia una mayor digitalización y sofisticación.

El salpicadero adopta el diseño Pure Panel con dos pantallas de 10 pulgadas orientadas hacia el conductor. El sistema multimedia permite la integración inalámbrica de dispositivos móviles, y la consola central incluye soluciones funcionales como carga por inducción, mandos físicos para la climatización y múltiples compartimentos portaobjetos. Lo destacable en este caso es la incorporación de asientos ergonómicos certificados, con funciones de calefacción y masaje, además de materiales reciclados en varias zonas del habitáculo.
Electrificación progresiva y enfoque racional
La gama mecánica del Grandland combina motores térmicos y electrificados. Parte de un bloque 1.2 turbo gasolina con sistema mild-hybrid, que incorpora un pequeño motor eléctrico de 28 CV para mejorar eficiencia y respuesta. También se esperan variantes enchufables con tracción total, y una versión 100 % eléctrica con autonomía superior a los 500 kilómetros, lo que permitirá al modelo cubrir un amplio abanico de usos y preferencias.
Por otro lado, el comportamiento dinámico se ha ajustado para ofrecer mayor confort de rodadura y mejor aislamiento acústico, sin renunciar a la agilidad que se espera en un SUV de este tamaño. La suspensión, dirección y asistencia a la conducción han sido recalibradas con el objetivo de aumentar la sensación de control y seguridad.
Por todo ello, el Opel Grandland se postula como una de las opciones más completas y equilibradas de su segmento, con argumentos claros para incomodar a rivales consolidados como el Nissan Qashqai, el Peugeot 3008 o el Ford Kuga.