Mercedes arrasa con este modelo, y no es precisamente barato

El Mercedes GLC se ha consolidado como uno de los SUV premium más demandados del mercado, destacando no solo por su diseño refinado y su tecnología avanzada, sino también por un posicionamiento claramente orientado al alto nivel. No es ningún secreto que este modelo se ha convertido en un pilar de ventas para la marca alemana, a pesar de que su precio de entrada se sitúa claramente por encima de la media del segmento.

La versión más accesible parte en torno a los 61.000 euros, correspondiente al GLC 200 con sistema de hibridación ligera, tracción total y una potencia de 204 CV. Desde ahí, la gama crece tanto en prestaciones como en coste, con versiones diésel de 197 y 269 CV que superan los 64.000 y 72.000 euros respectivamente. Por encima, el GLC 300 gasolina con 258 CV roza los 75.000 euros. Llama especialmente la atención que incluso las motorizaciones intermedias estén lejos de cualquier enfoque asequible, consolidando su carácter de SUV premium sin concesiones.

La variante deportiva GLC AMG 43, con 421 CV, marca el techo de la gama con motor de combustión tradicional, y alcanza los 92.000 euros. Su enfoque claramente dinámico va acompañado de un equipamiento superior y una puesta a punto orientada al alto rendimiento, manteniendo siempre el confort y el refinamiento propios del modelo.

Amplia oferta híbrida y etiqueta CERO

Por otro lado, la electrificación también tiene un papel clave en la gama GLC. Las versiones híbridas enchufables combinan motores gasolina o diésel con propulsión eléctrica, ofreciendo potencias combinadas de hasta 313 CV y autonomías eléctricas que permiten obtener la etiqueta CERO. El precio de estas variantes arranca en torno a los 67.000 euros, tanto en el caso del GLC 300 e como en el del GLC 300 de, con diferencias centradas en el tipo de motor térmico.

Lo destacable en este caso es que el modelo más potente y caro de toda la familia, el AMG GLC 63 S E Performance, alcanza los 143.000 euros. Este híbrido enchufable de altas prestaciones combina un V8 con sistema eléctrico y se sitúa en la cima del catálogo por tecnología, potencia y exclusividad.

Por todo ello, el éxito comercial del Mercedes GLC confirma que el mercado premium sigue teniendo una fuerte demanda, incluso en un contexto donde el precio de acceso ya queda lejos del alcance generalista.