Dani Carvajal y su pasión por el ajedrez tras lesionarse: miles de partidas online con pseudónimo

Dani Carvajal pasó muchos meses en el dique seco debido a la grave lesión de rodilla que se hizo en el partido ante el Villarreal. El periodista David Álvarez narra en El País como el lateral del Real Madrid descubrió el ajedrez durante esos meses y ahora se ha convertido en una auténtica pasión para él. Y todo de la mano de David Raya, su compañero en la Selección Española. 

La imagen, aparentemente anecdótica, reflejaba en realidad una rutina, que el seis veces campeón de Europa adquirió durante los meses más duros de su carrera. Tras destrozarse la rodilla derecha en octubre de 2024, en un partido de LALIGA EA Sports frente al Villarreal, Carvajal descubrió en el ajedrez una salvación. Un amigo le animó a jugar mientras aún estaba en reposo. “De repente, te llama y te pide jugar", cuenta una fuente cercana recogida por El País. Y, desde entonces, su afición por este nuevo deporte se convirtió en un hábito. En apenas diez meses acumuló más de 4.500 partidas en plataformas online, con una media de catorce al día. Su propio fisioterapeuta, Javier García, terminó contagiado y también se abrió una cuenta para seguirle el ritmo.

El inicio de Dani Carvajal en los tableros

No se trataba solo de pasar el rato. El ajedrez le estaba ofreciendo al capitán madridista un tiempo de concentración y de calma que contrastaba con la presión que puede tener en el fútbol de élite. Competía contra aficionados anónimos de todo el mundo, y todo ello sin que muchos supieran que estaban enfrentándose a un futbolista con seis Champions a sus espaldas. Mientras avanzaba en su recuperación física, también lo hacía en el tablero. Dani Carvajal pasó de tener un nivel inicial de principiante (550 puntos ELO) a rozar los 950, acercándose a compañeros de la selección española como Unai Simón, Dani Olmo o Zubimendi, que se movían en torno a los 1.200.

Sin descanso en la Selección Española

Durante la concentración en la primera semana de septiembre, Carvajal se atrevió a retar a Unai Simón tras una comida en Las Rozas. No con gran éxito, perdió en un ajustado final de 49 movimientos, pero su insistencia no quedó ahí. Lo intentó de nuevo en Sofía, donde tampoco iba a ser capaz de vencerle. Desde luego, se puso un reto más que complicado de primeras, algo que caracteriza con creces al lateral blanco. Poco más tarde, encontró rivales más asequibles. David Raya fue su siguiente víctima, a quien ganó varias veces, incluso dentro del propio estadio antes del partido frente a Turquía. Ese hambre competitivo, que tampoco esconde cuando salta al terreno de juego, es lo que define a la perfección al madrileño.

El ajedrez como apoyo en su recuperación

El ajedrez, además, le ayudó a sobrellevar la inactividad. Su entorno reconoció que esperaban verle mucho más impaciente, pero sorprendió con una actitud impecable. “Lo has llevado muy bien”, le repetían durante su recuperación. Y él mismo lo confirmó durante el Mundial de Clubes en EEUU: “Aprendí a disfrutar de cada fase que tocaba”.

Ayer, en el Bernabéu, esa madurez tuvo su cara y su cruz. Carvajal volvió a ser titular en el debut de Champions frente al Olympique de Marsella, pero terminó expulsado en el tramo final del encuentro. Un ejemplo más de que la competitividad que le mantiene en la élite no siempre se controla con facilidad.

Xabi Alonso, que compartió vestuario con él en 2014, donde ya fueron campeones de Europa, y hoy es su entrenador, lo resumió de forma perfeta: “Ha evolucionado en madurez y en liderazgo, pero hay algo que nunca ha cambiado, su gen competitivo” dijo el técnico en rueda de prensa. Ese mismo, que le llevó a conquistar seis Copas de Europa, a convertirse en capitán del Real Madrid, en liderar a un joven grupo en la selección española, y a pasar horas frente a un tablero virtual en busca de la siguiente victoria.