La moda ahora es enamorar(se) del 'Pelado'

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Matías Almeyda, de momento, cuenta con la confianza de la afición
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El Sevilla, los asados y los cambios de Almeyda
Hace tropecientos años (o quizás no hace tantos) que la canción sonaba en las discotecas, pero aún sigue siendo un boom cuando empieza a sonar en la boda de tu primo. Hablamos de aquella mítica melodía de Axé Bahía que decía eso de "beso en la boca es cosa del pasado, la moda ahora es enamorar pelado". Permítanme que lo adapte al 'enamorarse del Pelado'.
El Pelado en este caso es Matías Almeyda y la letra de dicha canción bien podría valer en el actual momento sevillista, en ese momento en el que el presente parece pasado y todos se agarran a la moda del argentino.

Porque al César, lo que es del César. Matías Almeyda ha conseguido igualar el inicio de José Luis Mendilibar -sin ser brillante ni mucho menos- con una plantilla ridículamente inferior; ha conseguido dotar de carácter a un equipo que hace unos meses parecía benjamín compitiendo en la élite; y ha convencido al Sánchez-Pizjuán de que se puede pelear ante un equipo Champions con recursos mínimos. Pero el pasado no está tan lejos y las modas en Sevilla aún tardan en llegar.
Matías Almeyda pudo ganarlo y Matías Almeyda acabo perdiéndolo
Sea por su intensidad, por la vorágine de encuentros o simplemente por la necesidad de encontrar un héroe tras varios años divagando por la élite, el sevillismo se ha agarrado a Matías Almeyda como a un clavo ardiendo y parece que el ex de River Plate lleva aquí años. Y solo son algunas semanas.
Razones, todo sea dicho, hay. Como decíamos, el entrenador ex de Chivas parece estar en el camino de construir un equipo decente, no un equipo campeón pero sí capaz de nadar sin demasidos apuros, pero citas como las del Villarreal demuestran que la euforia y el subidón que se veía en el Sánchez-Pizjuán en las horas previas no era más que un espejismo de la realidad sevillista. Cosas del enamoramiento.

Las lesiones de Tanguy Nianzou volvieron, Akor Adams dejó de ser "uno de los mejores delanteros de LALIGA" y el equipo, como tantas veces ocurrió el pasado curso, dejó pasar dos puntos que bien podría necesitar a final de temporada.
Todo, exclusivamente todo, de la mano de su entrenador. Él apostó por un once que nadie creía -como ante el Elche-, él arriesgó con los cambios tan pronto y él confió en que sus jugadores sabrían administrar la cita. Si hubiese salido bien, todos, absolutamente todos, apludiríamos su valentía y su saber; al salir mal, ventajismo sencillo, todos, absolutamente todos, creemos que se equivocó.
Matías Almeyda pudo ganarlo y Matías Almeyda acabo perdiéndolo. Por suerte para él, de momento, la moda ahora es enamorarse del Pelado. Que aproveche el cariño del Sánchez-Pizjuán para arriesgar, porque pronto, ese "tiempo" que pide una y otra vez, podría apretarle rápidamente. Que le pregunten a los besos en la boca del pasado.