Absoluto cine

En la maravillosa película ‘El mejor’, dirigida por Barry Levinson, el mítico Robert Redford - que en paz descanse- y la bellísima Barbara Hershey protagonizaron uno de los mejores diálogos del cine de los años ochenta.

– ¿Has leído a Homero?

– Homero... Bueno... - Si no es cronista deportivo dudo mucho que lo haya leído. – Pues verás…Homero fue un hombre que vivió hace muchos años y escribió sobre héroes y dioses. Si hubiera estado hoy aquí, te aseguro que Homero habría escrito sobre béisbol.

"Larga vida a Simeone"

Si Homero hubiera estado en el estadio Metropolitano el pasado sábado, habría escrito sobre fútbol. Y concretamente, habría escrito sobre el Atlético de Madrid. Porque si el fútbol es el mejor relato de la vida, el Atleti es el mito y la fe inquebrantable de los que nunca dejan de creer. Capaz de subir y bajar de las nubes, el equipo colchonero arrasó a su vecino con una actuación tan inesperada como magistral. El Atleti salió con sangre en el ojo, levantó el vuelo tras su mal arranque de temporada, espantó sus fantasmas y sometió al Madrid con una paliza tan contundente como histórica. Uno, dos, tres, cuatro y hasta cinco goles como cinco soles. Un mito, una fe. Un baño de realidad. Al Madrid, en su primer envite exigente de la temporada, le cayeron cinco. Acabó siendo triturado por la garra del Atleti y por la pizarra del Cholo. Y al nacionalmadridismo mediático, le quedó el viejo recurso de siempre: las pataletas arbitrales prefabricadas de toda la vida. La enésima demostración de que en su argumentario tras cualquier derrota merecida, hay más Champions que neuronas.

La intrahistoria del partido es tan sencilla como emotiva. Después del partido, Simeone, que fue, es y sigue siendo lo mejor que le ha pasado al Atleti en toda su historia, habló con sus futbolistas y les tocó la fibra. “¿Alguno de ustedes tiene algún problema importante en su vida? ¿Tienen algo importante en sus vidas que vaya mal? ¿No, verdad? Pues salgan ahí fuera, muchachos, y jueguen, disfruten”. Muerto y enterrado antes de tiempo, acosado e insultado de manera vergonzosa en las redes sociales por cuatro ‘likes’ y dos RT’S, Simeone apeló al corazón del grupo y su gente le regaló un partido redondo. Julián fue dueño y señor, Koke demostró que es un capitán eterno, Barrios estuvo omnipresente, Giuliano puso el alma en cada pelota dividida, Nico demostró que tiene ADN ‘made in’ Atleti y el resto del grupo se dejó la piel para competir hasta el tuétano. Resultado: una paliza salvaje, una manita brutal y un partido para la historia colchonera. Queda mucho por delante y resulta imprevisible saber para qué está el Atleti. Lo que sí queda claro es que, con este equipo, como con su entrenador, los falsos profetas se precipitaron. Alguno creyó que el Atleti estaba muerto y enterrado, pero la verdad es que este muerto está muy vivo. El Cholo, el mismo entrenador que no fue capaz de ganar a Espanyol, Elche y Alavés, sigue siendo el tipo que más y mejor ha combatido y derrotado al Madrid. El que más les atormenta. Por eso llevan quince años queriéndole echar, como sea. Antes de su llegada, el Madrid se paseaba y el Atleti era un chiste fácil los lunes en la oficina. Ahora, con el Cholo, del Atleti no se ríe nadie. El madridismo presumió hace años con una pancarta desafortunada que decía así: “Se busca rival digno para derbi decente”. La realidad es que desde la llegada del Cholo, la sonrisa del madridista se ha vuelto una mueca ensangrentada. Larga vida a Simeone. Los resultados van y vienen, pero la receta de Simeone no cambia. Es la misma de toda la vida. Fe, aceptación, corazón y trabajo. Si Homero hubiera estado en el Metropolitano, habría escrito de su Atleti. Lo del equipo del Cholo, el pasado sábado, fue absoluto cine.