Cuatro horas atrapados en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza y rescatados por una excavadora

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Los jugadores del juvenil y sus familiares se tuvieron que proteger en las instalaciones del club
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Las fuertes tormentas han dejado inundaciones importantes en Zaragoza y en varios puntos de España. Y no sólo han afectado a cualquier ciudadano de a pie, sino que llegaron a las instalaciones del club. El juvenil del Real Zaragoza vivió horas de mucha tensión el pasado domingo por la noche, cuando se quedaron atrapados durante cuatro horas en la Ciudad Deportiva.
Según informa El Periódico de Aragón, cerca de 35 personas quedaron atrapadas en las instalaciones debido a la gran tromba de agua que cayó a lo largo de la tarde y noche del pasado domingo. Entre ellos estaba todo el equipo juvenil, que venía de hacer un viaje en autobús desde Sant Cugat, donde habían ganado 1-2, así como los familiares que habían ido a recogerles.
La expedición llegó a la Ciudad Deportiva sobre las 18:30 horas y pocos podían imaginar lo que estaba por venir. Admiten, según recoge el citado medio, que empezó a llover cuando estaban entrando en la ciudad, pero que llegaron a las instalaciones sin demasiados inconvenientes. El problema es que luego no pudieron salir de allí, pues estaban todos los alrededores inundados.
➡️ La tromba de agua atrapa al Real Zaragoza juvenil durante casi cuatro horas en la Ciudad Deportiva pic.twitter.com/QttMjixBgW
— El Periódico de Aragón (@periodicoaragon) September 28, 2025
El autobús se quedó en medio de una rotonda mientras el nivel del agua subía, pero los jugadores habían salido bastante antes. Tanto los futbolistas del juvenil como los familiares que habían ido a recogerles tuvieron que entrar en las instalaciones y ponerse a salvo del agua, a la espera de que la tormenta amainara. No pudieron salir de allí hasta después de las 22:00 horas.
Una excavadora rescata al juvenil del Real Zaragoza
Una vez frenó la tromba de agua, el trabajo de una excavadora fue clave para que pudieran salir tantos los futbolistas como sus familiares, pues se dedicó a quitar tierra y abrir paso para la salida de los vehículos. Finalmente, todo quedó en un susto y todos pudieron regresar a sus domicilios. Admiten que no llegaron a sentir miedo ni llegar a estar en una situación de peligro, pero sí que fueron varias horas de incertidumbre y tensión contenida.
