Gaizka Garitano otorga un nuevo rol a Álex Fernández

Álex Fernández vive uno de sus momentos más complicados en el Cádiz CF. No a nivel colectivo, pues el equipo amarillo ha comenzado el curso de manera sobresaliente, sino de forma individual. Y es que por primera vez en mucho tiempo, el centrocampista se está viendo relegado a tener un papel completamente secundario a las órdenes de Gaizka Garitano.

El técnico ha encontrado un 'once tipo' en este inicio de curso. Más allá de breves modificaciones, parece claro que Diakité, Diarra y Sergio Ortuño son sus tres hombres de confianza para el centro del campo. Suso y García Pascual también son fijos, Ontiveros está llamado a serlo y entre Brian Ocampo y Tabatadze se han repartido titularidades en estas primeras jornadas desde la banda.

Esto deja en una situación delicada a Álex, que no ha sido titular en ningún partido y sólo suma 82 minutos tras siete jornadas. Se quedó sin jugar el pasado domingo ante el Ceuta, algo que ya le sucedió en la segunda jornada en Butarque. Tuvo minutos residuales ante Mirandés, Sanse y Éibar, mientras que gozó de 45 y 20 minutos, respectivamente, ante Albacete y Málaga.

Qué pasa con Álex Fernández en el Cádiz

Si echamos un vistazo a la plantilla completa, Álex es el 18º en minutos disputados hasta la fecha. Sólo tiene por detrás a Camara (54 minutos), Roger Martí (38) y jugadores que aún no han debutado este curso como Jorge Moreno, Joaquín González, David Gil y Fali.

Una situación anómala para un futbolista que es historia del Cádiz. El pasado curso, Fernández terminó la temporada siendo titular en los ocho últimos partidos, lo que refleja que seguía siendo un hombre de confianza para Garitano. En total, salió de inicio en 19 jornadas y sumó casi 1.800 minutos entre todas las competiciones.

Desde que llegó al Nuevo Mirandilla, allá por agosto de 2017, Álex ha vestido la camiseta amarilla en 282 partidos, convirtiéndose en un jugador de referencia y siendo parte importante de los años más dorados del club en Primera División. Ahora, a punto de cumplir 33 años, se empieza a acostumbrar a un nuevo rol en el que apenas tiene protagonismo.