La situación de Sergio Pellicer y su posible destitución

Sergio Pellicer vive su mayor crisis desde que llegó al Málaga CF. Sin opción ni siquiera de sentarse en el banquillo, el técnico empieza a estar señalado tras cuatro derrotas consecutivas y una racha de cinco partidos sin ganar que han llevado al equipo, de manera inesperada, a ocupar los puestos de descenso. Y eso que el inicio de curso había sido notable.

Lejos quedan aquellas cuatro primeras jornadas que llevaron al Málaga a los puestos de playoff de ascenso. Dos empates y dos victorias que dejaron sensaciones de equipo sólido atrás y efectivo arriba. Todo eso se ha esfumado y la situación se ha agravado con la dura derrota ante el Racing, lo que provoca que las miradas empiecen a señalar al banquillo.

Sergio Pellicer, una final ante el Deportivo

A corto plazo no hay dudas: Pellicer estará en el banquillo de La Rosaleda el próximo domingo ante el Deportivo. Loren Juarros confirmó hace unos días la confianza máxima en la figura del entrenador pese a la mala dinámica de resultados. Es la cabeza visible del proyecto, pero una quinta derrota podría cambiarlo todo.

Según informa el diario Marca, una derrota ante el Deportivo podría desencadenar un cambio de planes en el banquillo del Málaga y dejaría muy tocada la figura de Pellicer. Todo dependerá del contexto, de las sensaciones, del plebiscito de la grada, pero pocos entrenadores en la categoría pueden soportar una racha de cinco derrotas consecutivas. Sin ir más lejos, a Asier Garitano le han despedido del Sporting con esa misma dinámica de resultados y pese a que había empezado el curso con tres triunfos seguidos.

Los resultados mandan y el partido ante el Dépor podría ser una final para Pellicer. El problema, en este caso, es doble. A nivel individual, el técnico tendrá que cumplir el segundo de sus tres partidos de sanción, por lo que verá el encuentro desde la grada. Y a nivel colectivo, el Dépor llegará a La Rosaleda como líder de LaLiga Hypermotion y sin haber perdido todavía ningún partido, lo que eleva aún más el reto para un técnico que ya sí se juega su posible destitución.