La Sociedad Española del Sueño aboga por acabar con el cambio de hora y mantener el horario de invierno

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Pedro Sánchez ha defendido en la Unión Europea acabar con el cambio de hora en 2026
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Este fin de semana, entre la noche del 25 al 26 de octubre, tendrá lugar el cambio de hora de otoño, pero ¿es posible que sea el último? Este es un debate que viene de lejos y que este lunes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido en el Consejo Europeo.
"La ciencia nos dice que ya no supone un ahorro energético, y lo que sí nos dice la ciencia es que trastoca los ritmos biológicos dos veces al año", ha explicado el mismo en su cuenta oficial de TikTok. Por ello, el presidente ha apostado por mantener el horario de invierno en 2026 en toda la Unión Europea por ser el más beneficioso para la salud y porque el de verano provoca que se duerma menos.
Al respecto, la Sociedad Española del Sueño (SES) ha celebrado dicha propuesta y ha aprovechado para recordar su posicionamiento. Asimismo, esperan que el del próximo sábado sea el último ajuste y que a partir de ese momento se mantenga de forma permanente el horario de invierno (GT+1).
@sanchezcastejon Cambiar la hora dos veces al año ya no tiene sentido. #Energía #Salud #Ciencia ♬ sonido original - Pedro Sánchez
Por qué el horario de invierno es mejor para la salud
Tal y como apunta el comunicado de la SES, el horario de invierno promueve un ritmo biológico más estable que el del verano, lo cual contribuye a mejorar el rendimiento intelectual y a disminuir la aparición de enfermedades como las cardiovasculares, la obesidad, el insomnio y la depresión.
Es por esto que acabar con el cambio de hora y dejar el horario que se establecerá durante la madrugada de este sábado, es el más beneficioso para la población, especialmente para los grupos más sensibles a los cambios de hora y a padecer trastornos del sueño y de la salud: los niños y las personas de edad avanzada.
El control del sueño, explica la sociedad científica, corre a cargo de un reloj interno situado en el cerebro que depende de factores externos como la temperatura y la luz.
Aunque sea solo una hora, este cambio es capaz de alterar el tiempo de exposición al sol durante el día y desequilibrar ese reloj interno, que tarda varios días en reajustarse, lo cual da lugar a que durante los primeros días después algunas personas puedan referir irritabilidad, falta de concentración, bajo rendimiento laboral e insomnio.
Incluso podría ir más allá, puesto que estudios recientes lo han vinculado con un incremento de la incidencia de obesidad y de ataques cerebrovasculares.

Los contras del horario de verano
La Universidad de Murcia constató en una investigación que el horario de invierno en España es el que permite una mayor sincronía entre la salida del sol y el inicio de la jornada laboral y escolar y el que propicia tener una mayor exposición a la luz solar durante esa jornada, es decir, facilita tener más horas de sueño y un despertar más natural que coincide con el amanecer.
Por el contrario, el de verano (GT+2) provoca una desincronización entre la luz y la hora que lleva a las personas a acostarse más tarde por la noche y a despertarse más tarde por la mañana.
En algunas ciudades españolas el amanecer no llega antes de las 9:30 horas durante el invierno, mientras que en verano el anochecer se produce a las 22:00 horas; según la SES, este desajuste provoca que se tienda a dormir menos tiempo los días laborables y a dormir más los festivos, lo que puede favorecer un bajo rendimiento laboral y escolar y, de forma crónica, facilitar la aparición de enfermedades asociadas a la falta y a la mala calidad del sueño.
"Dormir adecuadamente las horas necesarias y mantener un ritmo regular del ciclo sueño-vigilia es uno de los pilares fundamentales de la salud", mientras que "un sueño insuficiente, desorganizado y de mala calidad, favorece la aparición de enfermedades tan frecuentes, graves y con tan alto impacto social y económico como el cáncer, la enfermedad de Alzheimer, la hipertensión arterial, la obesidad, la diabetes, el infarto de corazón, el ictus, la depresión y la ansiedad", resume la SES.
