David Sánchez critica la diferencia de trato entre Lamine Yamal y Mastantuono por su pubalgia: "Doble rasero"
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El colaborador de ElDesmarque Madrugada insiste en el relato creado alrededor de los dos jugadores
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La polémica sobre la convocatoria de Lamine Yamal con España se reaviva: “El que le paga la ficha es el Barça”
La pubalgia de Lamine Yamal sigue sobrevolando la actualidad de FC Barcelona. El extremo completó ayer los 98 minutos que duró el encuentro ante el Brujas en la Champions League, recuperando parte de esa versión eléctrica que maravilló al mundo la pasada temporada. Tras el encuentro, Lamine salió a desmentir las acusaciones que había sufrido al confirmarse la lesión, una polémica que ha reavivado David Sánchez en ElDesmarque Madrugada.
"¿Ayer hablasteis de la pubalgia de Mastantuono? Lo digo porque la pubalgia de Lamine Yamal es porque es mal profesional, porque salía con Nicki Nicole, porque tenía mala vida, porque fue a la Kings League, donde dijo una verdad como un templo... En cambio, el madridismo ha vendido que Mastantuono es un gran chaval, un juvenil de solo 18 años", comenzaba argumentando David Sánchez. "El doble rasero", acusaba.
Irene Junquera se defendía de los dardos argumentando que "se habla de la vida de Lamine Yamal porque es pública": "¿Por qué no se habla de Franco Mastantuono? Porque mantiene la privacidad".
Por qué los jugadores jóvenes tienen pubalgia
En una entrevista en ElDesmarque Stream, el Dr. Ripoll explicó que la pubalgia está afectando a jóvenes como Lamine Yamal, Nico Williams o Franco Mastantuono debido a un "desequilibrio entre músculos muy potentes y estructuras inmaduras". Los aductores, especialmente desarrollados en futbolistas, ejercen "tracciones violentas" sobre el pubis, mientras que el abdomen, más débil en estas edades, no logra compensar esas fuerzas, generando microfracturas y dolor en la zona púbica.
El traumatólogo añadió que este cuadro se agrava por "entrenamientos diseñados como si los niños fueran adultos" y por la mala calidad de algunos terrenos de juego, sobre todo en categorías inferiores. Esta combinación provoca que los jugadores sigan compitiendo con dolor, lo que se traduce en una "pérdida de rendimiento y sensación de inseguridad" que limita su explosividad y confianza dentro del campo, como hemos visto en las últimas jornadas.