Más bonito y más barato que el Toyota RAV4
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Es la alternativa buena, bonita y barata al SUV más vendido del mundo
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243 CV de potencia y 70 km de autonomía eléctrica
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Ford se carga el Focus
El Ford Kuga PHEV es una de esas sorpresas que no necesitan grandes campañas para triunfar. Sin levantar demasiado ruido, se ha consolidado como uno de los SUV híbridos enchufables más vendidos en España. Su éxito no es casualidad: combina un diseño atractivo, una conducción excelente, un equipamiento muy completo y, sobre todo, un precio mucho más bajo que el de sus principales rivales, especialmente el Toyota RAV4 Plug-in, al que iguala en casi todo y supera en algunos aspectos.
Fabricado en la planta de Almussafes (Valencia), el Kuga tiene además el orgullo de ser un vehículo “Made in Spain”, algo que muchos conductores valoran. Pero su atractivo va mucho más allá del patriotismo. Con 4,61 metros de largo y una batalla de 2,71 metros, ofrece un interior amplio y bien aprovechado, con un maletero que va desde los 475 hasta los 1.534 litros según la configuración. Espacio y comodidad no le faltan, tanto en los asientos delanteros como en las plazas traseras.
Así es el Ford Kuga en su versión híbrida enchufable
En lo mecánico, el Ford Kuga PHEV combina un motor de gasolina de 2.5 litros y cuatro cilindros con otro eléctrico de 132 CV, alcanzando una potencia total de 243 CV. Su batería de 10,7 kWh útiles le otorga hasta 69 kilómetros de autonomía 100% eléctrica, una cifra suficiente para cubrir los trayectos urbanos diarios sin consumir gasolina. Y cuando llega el momento de hacer viajes largos, el motor térmico entra en acción sin complicaciones.
La recarga completa se realiza en 3,5 horas en un punto doméstico de carga o en unas 6 horas en un enchufe convencional. En el día a día, su consumo homologado de 0,9 l/100 km refleja la eficiencia del conjunto. Es un coche muy silencioso, suave de conducción y con un chasis bien afinado, que ofrece el equilibrio perfecto entre comodidad y dinamismo. En carretera, transmite seguridad y una sensación de control que muchos rivales no igualan.
En cuanto al equipamiento, incluso el acabado más básico, Titanium, ya es muy completo. Incluye una pantalla central táctil de 13,2 pulgadas, cuadro de instrumentos digital de 12,3”, Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, cámara trasera, sensor de aparcamiento delantero y trasero, y acceso y arranque sin llave. Los acabados superiores, como el ST-Line X, añaden detalles premium: portón trasero eléctrico, cámara 360º, control de crucero adaptativo con Stop&Go, asistente de tráfico trasero con frenada automática, o reconocimiento de señales de tráfico.
El precio, sin embargo, es su mayor argumento. El Kuga Titanium PHEV cuesta 33.230 euros, una cifra espectacular si se tiene en cuenta que el Toyota RAV4 Plug-in parte desde 47.500 euros. Son más de 14.000 euros de diferencia por un coche que ofrece una experiencia de conducción y un nivel de equipamiento casi idénticos. Además, con las ayudas del Plan MOVES III, el precio puede bajar aún más, situándolo como una de las opciones más inteligentes del mercado.