Lexus, ahora sí, cambia totalmente el diseño; irreconocible
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Con el lanzamiento del LBX, Lexus inaugura una nueva etapa estética que marca una ruptura clara con su imagen anterior. Este modelo, que encabeza la renovación visual de la marca, abandona por completo la tradicional parrilla en doble punta de flecha, uno de los rasgos más reconocibles de los últimos años. El cambio no se limita a lo superficial: responde a una revisión profunda del lenguaje de diseño, orientado ahora hacia la eficiencia, la fluidez y una identidad más global y contemporánea.
El nuevo frontal, mucho más limpio e integrado, elimina elementos superfluos y apuesta por una geometría más suave. Los grupos ópticos se estrechan y se conectan visualmente con el capó, que presenta líneas tensas sin interrupciones. La silueta del LBX se caracteriza por una proporción equilibrada entre robustez y aerodinámica, con pasos de rueda marcados y una trasera que remata el conjunto con trazos horizontales que refuerzan la anchura visual.
Cabe destacar que esta transformación también obedece a razones técnicas. La electrificación progresiva de la gama exige diseños más aerodinámicos y eficientes, donde la refrigeración activa o la integración de sensores juega un papel clave. Al mismo tiempo, se reduce la dependencia de elementos visuales tradicionales para construir una imagen más moderna y adaptada a los nuevos tiempos.
Un nuevo punto de partida para la marca
El interior del LBX refleja con claridad este replanteamiento de la identidad Lexus. El diseño prioriza la simplicidad formal sin renunciar a la calidad percibida, con materiales bien seleccionados, superficies limpias y ambientaciones de luz que crean una atmósfera refinada. Todo ello se orienta a reforzar la conexión emocional con el conductor, con un planteamiento más cercano y menos ostentoso.
Llama especialmente la atención cómo este cambio en el LBX no se limita a su condición de modelo urbano, sino que funcionará como base estética para los futuros Lexus eléctricos e híbridos. La marca adopta así una filosofía más unificada, en la que los distintos segmentos compartirán un ADN visual coherente y reconocible, aunque adaptado a sus proporciones y funciones específicas.
Por todo ello, el LBX se convierte en el primer paso de una transformación que va más allá del producto individual. Representa el inicio de una nueva etapa para Lexus, donde el diseño ya no es solo imagen, sino también funcionalidad, eficiencia y diferenciación dentro de un mercado cada vez más competitivo y tecnológicamente exigente.