Una Coca Cola por Bilbao
Su cámara captó imágenes brillantes del mejor Sporting. También del peor, pero Joaquín Bilbao sólo trae a la memoria buenos momentos. Ya no pisará Mareo nunca más un fotógrafo genial y una persona diferente, lo que provoca una pena eterna a toda la ciudad de Gijón. Porque Bilbao era el notario que daba fé a cualquier acto en nuestra villa marinera.
Siempre con una sonrisa, siempre con una broma por delante, siempre con ese tono tan 'Joaquín Bilbao' que le hacía ser una persona querida por todos. Deja en su cajón miles de fotos pendientes de enviar, porque si algo le caracterizaba era eso, no mandarte nunca la foto que te debía (o que tú creías que te debía). Pero él te lo recordaba cada vez que te lo cruzabas por la calle, y te gastaba dos bromas, y te decía que tal por la radio, y te reías de la vida... Y ahora no puedo casi respirar porque hay veces que esa vida va tan deprisa que no puedes decir "hasta luego" a personas que marcan tu día a día durante años. El Sporting es un club que representa a una población entera, y por eso la muerte de Joaquín, igual que ocurrió hace poco con la de Alejo Caso, no se queda sólo en el adiós a un reportero gráfico. Se puede decir en sentido figurado que marcó para el Sporting goles como si hubiera jugado de delantero. Y es que Bilbao tenía algo de Quini, esa virtud de caer bien a todo el mundo sin excepción. Era parte de la historia moderna del club, con sus miles de fotos tiradas en partidos y entrenamientos, entre Rally y Rally, recordando el viaje a Estambul con el EuroSporting. La sala de prensa de Mareo, pequeñina como él, podría llevar su nombre perfectamente.