Un sistema cambiante
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Nuevamente Anquela abordó cambios en el último partido liguero del Real Oviedo. Contra el Valladolid, el técnico volvió a disponer de inicio el 4-2-3-1, en este caso con Johannesson en banda derecha por delante de Cotugno, un esquema que en las últimas jornadas había perdido protagonismo en detrimento de otros dibujos.
Anquela ha ido solucionando los problemas que se ha ido encontrando a lo largo de la temporada, sobre todo en forma de lesiones, con diferentes cambios en las alineaciones que suponían modificaciones tácticas. La ausencia de un jugador puro en el enganche, hizo que el técnico acabara descartando momentáneamente la idea del 4-2-3-1, sistema que parece predilecto, pero que tras la temprana lesión de Fabbrini se complicó.
Tras pasar levemente por el 4-4-2, el técnico parecía que con el 4-3-3 tras recuperar a Mariga y dando peso a Forlín en el centro del campo había encontrado una nueva solución, a la que se le aplicaba la variante del sistema de tres centrales y dos carrilleras cuando los partidos se ponían cuesta arriba como solución de emergencia. Solución que funcionó las veces que se utilizó, pero que Anquela no ha usado desde el inicio todavía.
En Valladolid el técnico volvió atrás para apostar de nuevo por el 4-2-3-1, destacando la presencia de Johannesson en la banda derecha por delante de Cotugno también como medida de freno a las subidas pucelanas por ese costado. Hasta los últimos minutos Anquela no varió en busca de dotar de más presencia en área rival con la entrada de Steven para formar con dos puntas.
Ante el Numancia se vuelve a abrir la duda de que sistema empleará Anquela, ya con Carlos Hernández disponible tras cumplir sanción y a la espera todavía a estas alturas de semana de Mossa y Christian las opciones vuelven a multiplicarse para el técnico andaluz.