El Oviedo supera el primer obstáculo
Únicamente valían los tres puntos y el Real Oviedo los consiguió sumar, en un encuentro un tanto extraño en el que la renta pudo ser mayor, pero los azules perdonaron y la incertidumbre se mantuvo hasta los minutos finales.
El Oviedo salió con intensidad al partido, todo lo contrario que su rival, el Sevilla Atlético. Fruto de una presión alta sobre la timorata salida de balón visitante llegaron numerosos robos de balón que propiciaron claras ocasiones para un conjunto azul que no fue capaz de aprovechar para conseguir una buena renta.
En el minuto cuatro el Oviedo consiguió el primer tanto, después de un robo de Aarón. El ilicitano sacó el centro que no pudo rematar Linares y el balón suelto lo cazó Folch para mandarlo al fondo de las mallas con un pase a la red al estilo Toni Kroos.
El propio Folch la había tenido nada más empezar, igual que Linares, y tras el gol las ocasiones claras se sucedieron. Sobre todo en la figura de un activo Aarón Ñíguez que volvió a mostrar su mejor versión apareciendo muy suelto por todos los recovecos del ataque carbayón. Entre él y Linares tuvieron varios disparos claros, que rechazó un Soriano inseguro con los pies, pero ágil bajo palos.
Como ágil fue en otra de las más claras para los azules. Rocha disparó desde la frontal en jugada ensayada tras un córner y tras un rebote en un jugador hispalense, el guardameta la tocó lo justo para que el larguero rechazara. El Sevilla únicamente pudo intimidar en una acción a balón parado en la que el remate de Borja San Emeterio se marchó fuera por poco.
El Oviedo salió algo menos intenso en la segunda mitad, pero entonces funcionó la efectividad. Tras un balón parado, Saúl sumó una asistencia de gol a la amplia lista, al servir un gran balón al segundo palo donde apareció Christian para rematar de cabeza a la red.
El Sevilla Atlético consiguió acercarse en el marcador, y eso le hizo crecer cuando parecía que la sentencia había llegado. Un balón sin aparente peligro acabó siendo introducido por Folch en su propia portería de manera involuntaria.
Eso dio oxígeno al filial hispalense, que acto seguido tuvo dos ocasiones muy claras para empatar. Una de ellas la salvó Diegui casi bajo palos y la otra se paseó por el área pequeña sin encontrar rematador.
Anquela buscó frenar el empuje visitante retirando a Aarón y dando entrada a un hombre más en el centro como Hidi. Las contras pasaron a ser el arma del Oviedo, y así consiguió encontrar un par de ocasiones de Diegui y de Rocha que no consiguieron dirigir sus disparos a portería.