El cese era necesario
La segunda etapa de Sergio Egea al frente del Real Oviedo ya es historia. El técnico argentino aguantó en la entidad azul 12 partidos entre los que dirigió la temporada pasada y en el inicio del presente curso.
El mal inicio de temporada ha sido el detonante para la destitución de Egea. Solo un punto de 15, con cuatro derrotas y un empate, y ocupando el último lugar en la clasificación han obligado a la Dirección a tomar esta decisión drástica.
Los números del argentino en esta segunda etapa son los siguientes: 3 victorias, todas la temporada pasada, 2 empates y 7 derrotas. Traducido a porcentajes, el Oviedo de Sergio Egea ganó un 25% de los partidos que disputó, es decir, uno de cada cuatro. Empató uno 17% de los encuentros jugados y perdió un 58% de ellos. Los números dan la razón a la directiva y el cese era necesario. Que el cese sea necesario no significa que el rumbo se vaya a encauzar, sino que es momento de probar algo diferente, que intente cambiar el camino por el que transita el Oviedo.
Ya no es un problema de números, que también. Lo que pareció empezar siendo un asunto más de resultados que de sensaciones, brotó hacia lo segundo. En la segunda mitad de los partidos ante el Fuenlabrada y el Mirandés el equipo estuvo desdibujado. La gota que colmó el vaso se vertió ayer, un despropósito en el Tartiere, ante la afición, y los gritos que clamaban en contra del palco, mucho tiempo después.
El trabajo de los jugadores no ayudó. Fruto de la impotencia el equipo se quedó con nueve, gracias a las expulsiones de Obeng y Tejera. El medio catalán soltó una patada fuera de lugar que sabía que le iba a mandar a los vestuarios teniendo una amarilla. El ambiente se enrareció aún más con un equipo sin alma y desbordado en casa. El partido ante el Elche encendió las alarmas del oviedismo, que vio por primera vez la Segunda B cerca, aunque queden más de 100 puntos por disputarse.
Sergio Egea llegó y marchó como un caballero, poniendo a la 'institución' por delante de cualquier interés personal, propio o de terceros. Su etapa como entrenador del Oviedo ha finalizado, pero para siempre quedará su ascenso en Cádiz que devolvió el club al profesionalismo después de una década en el barro de Segunda B y Tercera.