Un quiero y no puedo: el Sporting muestra su falta de gol ante el Burgos

Desperados. Así acabaron los jugadores del Sporting de Gijón el encuentro disputado esta tercera jornada de LaLiga SmartBank frente al Burgos (0-0). Los hombres de Abelardo, que lo intentaron y dominaron el partido, no pudieron perforar la meta de un inspirado Caro.

Bajo un sol de justicia y un Molinón como el de las grandes tardes, el Sporting salió con intención de agradar a su afición y de mandar en el partido. Avisó a balón parado en el minuto 3 después de la falta que sacó Dani Queipo y cabeceó con toda la intención del mundo Zarfino. Pero el esférico se marchó por encima del larguero de Caro.

El equipo de Abelardo le ponía garra y muchas ganas a la par que agresividad. Prácticamente estuvo inédito el ataque del Burgos hasta el minuto 18. Borja González llegó como un tiro por banda derecha y remató ante Mariño que despejó el balón evitando una clara ocasión.

En la réplica rojiblanca, Aïs Reig pitó penalti a favor del favor por el contacto de Aitor Córdoba con Cristo González en el área. Pero cuando Djuka ya estaba preparado para lanzarlo desde los once metros, la sala VOR avisó al árbitro y revisó la acción en el VAR para retractarse de su decisión y dejar al Sporting sin pena máxima.

El Burgos dio un paso adelante para presionar y pisar más el campo rojiblanco. Pero, pese a ello, el equipo de Abelardo no dejó de intentarlo. Juan Otero se sacó un disparo desde fuera del área que obligó a Caro a estirarse para evitar que el balón se colara en su portería.

A pesar de los remates del Sporting, el equipo gijonés no pudo perforar la meta rival y con el 0-0 inicial se llegó al final de la primera parte.

Tras el paso por vestuario, el guion del partido no parecía haber cambiado. El Sporting apretaba en busca del gol y con buen dominio de la posesión, mientras que el Burgos continuaba bien plantado y sin titubear.

Viendo el panorama, Abelardo Fernández decidió agitar el banquillo rojiblanco haciendo un triple cambio, por lo que introdujo a Aitor García, Pedro Díaz y Campuzano. Se marcharon Queipo, que estaba siendo de los más destacado del equipo hasta ese momento, Zarfino y Cristo.

Bajó las revoluciones el equipo gijonés y los intentos por perforar la meta rival se producían desde fuera del área, aunque la defensa burgalesa respondía con seguridad. En estos compases del duelo, brilló Juan Otero, aunque no encontró el camino del gol y se encontró con Caro y la zaga rival.

A pocos minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario, Víctor Campuzano tuvo una clara ocasión con la que estuvo a punto de hacer el 1-0 de no ser por otra gran intervención de Caro. El jugador del Sporting se inventó un trallazo con pierna derecha que obligó al portero rival a lucirse con una estirada para sacar el balón.

Apretó el cuadro de Calero en los últimos compases y, de hecho, hizo titubear a la defensa del Sporting con algún acercamiento.