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El Barcelona se enfrentó este martes al Manchester United en la vuelta de los cuartos de final de la Champions League. El conjunto azulgrana consiguió vencer ante su público y se clasificó para las semifinales de la competición tras tres temporadas sin hacerlo. La última vez que lo logró... levantó el trofeo.

Y es que la afición azulgrana se encargó cuando los jugadores saltaron al césped de recordar -o avisar- a sus jugadores que se encaminan hacia la gloria. Sin el ganador de los tres últimos títulos en el camino, el Barcelona es uno de los grandes favoritos para hacerse con la Champions League el 1 de junio en el Wanda Metropolitano.

Lo es porque sabe sufrir tal y como lo hizo en los primeros instantes del partido. Lo es porque no tienen otra distracción de aquí a la finalísima que la final de la Copa del Rey que disputarán la semana anterior. Lo es porque los jugadores están convencidos de que están ante su año, pero sobre todo lo es porque en la plantilla cuentan con Leo Messi.

Que llevara seis años sin marcar en cuartos de final no deja de ser una simple anécdota. Cierto que si lo hubiera hecho anteriormente quizás el Barcelona habría logrado algún título más -¿verdad Puyol?- pero si Messi quiere, el Barça puede. Y Messi este año quiere con todas sus fuerzas. 

Así lo demostró -como si le hiciera falta- este martes anotando un doblete y participando en el tercero dejando además para el recuerdo varias jugadas de videojuego.

En plena Semana Santa, Messi recordó quién manda sobre esta tierra. Messi demostró que, encomendados a él, nadie puede al Barça.