Asamblea II, muy personal
Sara Estévez Urquijo, periodista
Antes de que se apague el eco de la exitosa Asamblea de Compromisarios del Athletic Club, me parece conveniente que nos detengamos a considerar la novedad de que el propio Club se facilitase la señal televisiva del acontecimiento a las Emisoras interesadas en ofrecer este servicio a su audiencia.
No se quedó únicamente en eso sino que, en aras al supuesto deseo de privacidad de los intervinientes, ofició de censor de imágenes de manera un tanto burda, porque incluso impidió el acceso a los números que necesariamente tenían que haber ilustrado las explicaciones que se ofrecían desde la mesa.
Tengo serias dudas de que el Athletic pueda acogerse al derecho de privacidad si tenemos en cuenta que las cuotas de los socios no dan para cubrir sus presupuestos. Aparte de los ingresos que se llaman atípicos, ingresa dinero de las Instituciones que nos gobiernan y éstas a su vez lo reciben de los contribuyentes. Ahí queda como tema de debate para quien corresponda.
Otra cuestión envenenada es la de los sucesivos contratos por la venta de derechos de televisión. Y esto sí que es achacable a Directivas anteriores. Paganos, los de siempre. Nunca mejor dicho porque los clientes de Digital + no pudimos acceder a ninguno de los partidos del Athletic en la modalidad 'ppv'. Esto sucedió de la noche a la mañana hasta que, al cabo de los días, supimos que el Club había cambiado de operador. Al principio pareció todo muy bonito y los abonados de la empresa de la competencia se frotaban las manos porque el fútbol era gratis. Con el paso del tiempo los competidores se han dado el abrazo del oso y de gratis rien de rien.
Con tanto cambalache, no me parece raro que la Liga de Fútbol trate al Athletic con absoluto desprecio. Es lo que tiene andar con malas compañías. Puede que me deje llevar por un romanticismo antiguo, pero lo cierto es que no me gusta ver al Athletic en el grupo que encabeza el Presidente del Sevilla. Bastaría recordar la chapuza política, por no decir algo más fuerte, que supuso la ampliación de la Liga para que no descendieran el ya citado Sevilla y el Celta de Vigo. Y un poco más lejos en el tiempo, cómo se perpetró el descenso del Bilbao Athletic a Segunda B, merced al partido más largo que se haya jugado nunca en el campo Riazor de La Coruña.
Aunque respecto al Barcelona y Madrid la distancia económica es abismal, la historia es otra cosa. Hay un dicho muy antiguo que dice algo así: “Si te tiene que llevar el Diablo que te lleve en coche”.
