Lo mejor está por llegar

Jose Luis Artetxe, DEIA 


El primer tercio de la temporada vale más por la expectativa que sugiere que por lo que ha ofrecido, que no es poco. Estamos asistiendo al alumbramiento de un equipo, lo cual tiene su gracia siendo los jugadores en su inmensa mayoría los mismos que formaban la plantilla en años anteriores. El cambio que ha experimentado o en el que se ha embarcado el Athletic a la fuerza conlleva unos peajes en la competición, que se traducen en cierta irregularidad, en resultados y actuaciones de todo tipo. Pese a ello, a día de hoy existe la sensación, la certeza cabría decir, de que el lugar que ocupa en la clasificación liguera no se corresponde con su rendimiento, vamos que le faltarían puntos que ha merecido.
Esto último es una consecuencia directa de que aún sus piezas no están del todo ensambladas. Es normal que así sea, no cabe pretender una transformación tan radical en los conceptos futbolísticos sin dificultades y tropiezos, toda mudanza ideológica requiere un tiempo, también la liderada por Marcelo Bielsa. Y pese a todo, en el entorno ya se ha interiorizado, porque previamente lo han hecho los jugadores, que el Athletic es distinto al que conocíamos porque ha enterrado la especulación, sale a por el partido siempre, independientemente de dónde y frente a quién actúe, se terminó lo de defender las ventajas como gato panza arriba.
Tenemos la seguridad de que no se pondrá a perder tiempo, no hará de cada disputa una escaramuza, no simulará lesiones, ni protestará cada decisión arbitral. Ahora todos los rojiblancos quieren que el balón esté el máximo tiempo posible en movimiento, preferentemente en sus botas y pisando terreno enemigo. El aficionado acude a su cita con el equipo sabiendo que, aparte del grado de acierto o inspiración, todo se ejecuta desde un planteamiento presidido por la ambición y el buen gusto. Hasta en las peores tardes, leáse la del pasado domingo en Mallorca, se sabe que el Athletic peleará por tener la iniciativa, del uno al noventa.
Con estas premisas, se puede afirmar que las expectativas generadas desde el verano son lo mejor que de momento ha dado el Athletic de Bielsa. El futuro se antoja ilusionante y de gran interés desde una óptica futbolera. A medida que los protagonistas vayan interiorizando lo que su técnico quiere y lo hagan suyo, de manera que les salga sin ponerse a pensar, que en el fútbol actual no hay margen para eso, el rendimiento global y, por añadidura, los resultados, serán mejores. No puede ser de otro modo: quien apuesta abiertamente por jugar bien el balón aspira con legitimidad al éxito.