El Athletic supera al Sevilla pero paga su lacra con los penaltis

Asís MartínIIIEl Athletic sigue con su línea positiva de juego y de resultados, si bien este domingo en el Sánchez Pizjuán no ha podido pasar del empate (1-1) ante el Sevilla. Pero visto que campo es, el control del juego y, sobre todo, el nuevo fallo desde el punto de penalti queda la sensación de que se pudo sacar más. Los andaluces hicieron mucho peligro en la estrategia, ciertamente, pero fueron superados en general por el atractivo juego del equipo bilbaíno.

Un empate en el campo hispalense siempre suena bien, ya que además mantiene el pulso de los leones por la cuarta plaza que ahora detentan, y que daría acceso a la Champions. Por ello pese al disgusto de fallar ya el tercer penalti consecutivo hay muchas lecturas positivas que sacar de la jornada. El equipo mentalmente está fuerte y deberá demostrarlo el jueves en San Mamés ante el Celta.
El mister soltó la bomba habitual tras dos sesiones a puerta cerrada. Siempre nos deja alguna sorpresa, y la de esta jornada era activar al korrikolari De Marcos como lateral derecho en detrimento del histórico Iraola. El único que había jugado todos los minutos en esta campaña. Los andaluces metían muchas más variantes debido a su choque 'uefo' del jueves en Friburgo. Vitolo, Reyes, Alberto Moreno era titular, pero por delante de Fernando Navarro, y además, Carriço pasaba al centro del campo junto a M'Bia, con Cala de central. 

Y difícilmente puede empezar un partido más alocado que el de este domingo. Parecía aquello una película de James Bond, en la que la escena inicial tiene un compactado a toda pastilla y luego empieza la peli. Al minuto ya hubo un error seguido de una disputa de Iturraspe en el área con susto de muerte, estando Undiano por medio todo era santiguarse... A los 4 minutos marcaban los locales en una jugada de estrategia fatal defendida, y cuando aún estaban los seguidores del Athletic cabreados comentándola, Toquero aprovechaba la cantada anual de Fazio con los leones para permitir a Susaeta hacer el empate. ¡Qué stress por dios!
Tras los dos goles express, como les decía, volvía a nacer el encuentro siendo los rojiblancos capaces de darle pausa a base de toques para enfriar al rival. Algo que no era sencillo ya que los nervionenses presionaban lo suyo, (eso que hizo tomar varias decisiones equivocadas, sobre todo con los centros), pero lo cierto es que la imagen vizcaína era francamente satisfactoria. Poderosa.
Eran los de Txingurri los que mandaban acumulando gente en el centro del campo, dando el mando a un Herrera certero, y aprovechando el turbo de un De Marcos, mal atrás (no es lo suyo) pero que subía como un cohete generando superioridades. En el 23' un gran disparo de Muniain obliga a volar a Beto, eran los mejores momentos visitantes.
El Sevilla, encogido ante el despliegue vasco, vivía de la estrategia. Y no crean que era poco. Tuvo que intervenir Iraizoz con acierto porque cada córner de los de Emery, como se decía en los tiempos de Zarra, era medio gol. Un tanto bien anulado en el 39' a los locales por fuera de juego llegaba también a balón parado, por supuesto.
Entre las protestas de un público que discutía cada jugada, el tiempo transcurría con el feeling de que la presión de los hoy azulones, salvo esos chispazos puntuales, había marcado el primer periodo. Por sensaciones, por llegada, por dominio, las tablas podían tildarse de injustas, si bien es cierto que el Athletic resolvió fatal varias contras con muy buena pinta para sumar.
Pero es que ya si para una vez que el linier del trencilla navarro tuvo ojo de lince, y vio un penalti muy escondido por mano de Bacca, se coge y se vuelve a desperdiciar la pena máxima es como para tirarse de los pelos. Beto atajó el disparo de Susaeta ya en el descuento y a uno le dieron casi ganas de llorar. Como apuntaba Mister Chip los leones han fallado ¡16 de los últimos 32 penaltis lanzados en Liga! Los tres últimos, además, de forma consecutiva... ¡Mamma mía que cruz!
Con el tembleque de comprobar si ese enésimo error desde los once metros iba a pasar factura, se encaraba la segunda mitad sin cambios en ambas formaciones. Y si inicialmente sí dejó mala conciencia, porque los andaluces salieron más puestos, más vivos, enseguida se superaba el trago predominando otra vez el azul Bilbao sobre el pelado césped.
Toquero se animó a rematar por primera vez en toda la tarde, De Marcos tuvo otra después de una buena combinación, y Laporte cabeceó fuera por poco uno de los muchos córners forzados. Pero no acababa de llegar el premio, los ronditos eran vistosos y hacían pitar a la grada pero carecían de profundidad y Valverde optó por dar cancha a Aduriz. Pese a que hay copa el mister no movía pronto el banquillo haciendo buenas sus palabras en Lezama de que solo pensaba en el encuentro de hoy.
De Marcos, que pese a correr dos maratones no estaba del todo fino, al menos fue clave en el 75' al sacar bajo palos el enésimo intento vía estrategia de los locales. Al no ponerle la puntilla el choque había perdido el control y llegaba a su último cuarto de hora con el riesgo de estar demasiado abierto. Ambos contendientes, temerosos de perder lo ganado, se miraban con desconfianza. daba la sensación de que nadie quería meter la pata. Iraizoz casi lo hace en una salida a por uvas que casi liquida a Gurpegui de un rodillazo. Afortunadamente el de Andosilla es de titanio.
El árbitro no vio esta vez un penalti a Muniain sobre la bocina, y la bala de plata la tuvo Aduriz en el minuto 88, pero se le fue fuera su cabezazo, y con el la posibilidad de capturar tres puntos que hubieran sido como para tener una navidad llena de sueños e ilusión. Pero no es nada mala con 30 puntos dejando al Sevilla a siete. ¿A qué no?

 
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