Cuatro años sin empatía (Mi ama SI estuvo en el callejón)

Sobre lo que pasó en Kirruli hace cuatro años está casi todo dicho, y nada resuelto. Una demostración (más) del uso de la fuerza por parte de quien debería estar para protegernos, realizado en las antípodas del sentido común y, no nos olvidemos, con conocimiento de lo que allí se perpetró.

Manu, Fina, y los amigos de Pitu nos están dando una lección de dignidad para no olvidar.  Y por lo injusto de lo que están padeciendo al margen de la pérdida irreparable de un hijo, de un amigo, lo que hacemos muchos, es lo único que podemos hacer. Acompañarlos.
Es lo que ha pasado durante estos días. En las distintas intervenciones los amigos de Iñigo y la plataforma Iñigo Cabacas Herri Ekimena volvieron a dejar muy clarito por qué no vamos a parar hasta que haya justicia y reparación. Quizá mucha gente no se entere, porque los medios de comunicación, salvo contadas y honrosas excepciones entre las que se encuentra ElDesmarque Bizkaia, han decidido correr un tupido velo.
El 7 de abril tuvo lugar en el callejón un emotivo homenaje organizado por la Iñigo Cabacas Herri Harmaila, acompañados por los Biris Norte de Sevilla en el que volvimos a pedir JUSTICIA.  Habrá quien diga que lo ocurrido no tiene que ver con el fútbol, o con el Athletic Club. Se equivocan. Se celebraba una victoria del Athletic, un día de alegría que los “guardianes del orden y la ley” truncaron por completo.
Y echamos en falta una vez más a representantes del Athletic Institución, acompañando a los aitas de un hincha, al que asesinaron cuando celebraba con otros tantos (que pudieron morir igual) un triunfo del Athletic. Ni más ni menos. En los distintos homenajes a Iñigo echamos en falta a tanta gente que reparte moralina, habla de suelos éticos, se rasga las vestiduras (sin hacer demasiado después) hablando de la injusticia de los refugiados. ¿No les queda un poco de empatía para unos aitas, unos amigos?
El Thinking Football del Athletic habla del fútbol como transformador de la sociedad, de casos como los de las favelas, o de las gradas populares, ganando premios culturetas. Y luego no somos capaces de empatizar con los allegados de un hincha que mataron por estar en un callejón en el que el poder político tenía ganas de dar una lección de no se sabe qué?
El Athletic Club no sólo se dedica a mirar hacia otro lado, sino que se dedica a retirar placas, o a intentar impedir que la Grada Popular lleve el nombre de Iñigo para hacer imborrable  su recuerdo. Como otras tantas veces, algunos no alcanzamos a comprender por qué.
Y a nuestra impotencia, se suma nuestra tristeza. Nuestro profundo pesar porque haya gente que piense que esto es un tema político. Es un asunto de tener humanidad. Manu y Fina han tocado todas las puertas, los amigos de Pitu se han movilizado como nunca nadie lo ha hecho. Qué grande es Iñigo para tener tan buenos amigos. ¿Tan difícil es ponerse en el lugar de una madre que estaba esperando a su hijo contenta porque sabía que se lo estaba pasando a lo grande, a ese hijo que nunca llegará a casa? Una sociedad que no acompaña en bloque a una familia que pasa ese trago es una sociedad podrida.
El sábado y domingo nos volvimos a reunir y nos manifestamos para pedir Justicia. Nuestra exigencia, que después de 4 años no es ya petición, retumbó en las calles de Bilbao, acompañados esta vez por las buenas gentes del Rayito.
Y sí, mi ama, de 86 años, nacida en Garcia Rivero, botxera y devota de la amatxu de Begoña, como se dicen otros, SI fue al callejón. Y le dio un beso a Fina como quien sabe que la que podía haber estado en ese trance, con esa tristeza infinita, pero con la determinación de los héroes, podía haber sido ella.
Porque Manu y Fina, son dos héroes, y nunca caminarán solos.
IÑIGO CABACAS JUSTIZIA!
Por Pablo Eguskiza, socio del Athletic Club