El árbitro impidió competir a un 'Portu' mermado

Plagiando la canción, de entrada les digo que esto pretende ser más que una crónica de fútbol periodística; "querría fuera una declaración de amor, pero reparando en penas tales que no pongan freno a lo que siento ahora a raudales, te amo, te amo, eternamente te amo"...No te llamas Yolanda, sino Club Portugalete, 'Portu' cariñosamente 'recortado'. Por eso después del partido de Castellón, a eso de las tres de la madrugada, poco más de cinco horas después del 'simulacro' de partido que vivimos en el estadio de Castalia, en un área de servicio de cuyo nombre no puedo acordarme, pero que intuyo en Zaragoza, sabedores de que tu autobús habría de llegar poco después que el nuestro, salimos a la noche fresca para recibirte como solo tú te mereces.

Llegaste y, poco después, comenzaste a descender por la escalerilla camino del 'súper de guardia' para tomar un refrigerio. Fue el primero y, por una estrecha vereda rodeada de fieles que no te habían dejado solo en el estadio, empezaron los aplausos, los abrazos, los besos, las palabras de cariño que te hacían sentir orgulloso de tener una afición tan fiel y sentida.

Me emocioné, como ahora me emociono, y lloro -porque soy 'hijo del barro'- poco después de levantarme porque esa misma mañana llegamos a Portugalete, muy tarde, cuando ya era mañana incipiente porque el sol se había despertado.

Mediavilla, Cubería, Neira, Bonilla, Dorrio, Artabe, Txopi... y así hasta completar el once y luego más. Un equipo que, a eso de las 22:35, mientras tus muchachos nos aplaudían a la altura del córner donde Mediavilla había sido goleado, se erguía orgulloso, soberbio, colosal, intachable porque se habían dejado el alma en una pelea injusta, desigual, tramposa, pues el Castellón aguantó con sus once y el Portu, cosa que nadie imaginaba (cándido cronista), se quedó con 10 poco antes de que la primera parte del choque concluyera.

Partido, si nos ceñimos al ambiente, de esos con sabor a Primera División. Cerca de 15.000 'centuriones' abarrotando un 'Coliseo''. El resto, eso necesario para que se pueda decir abarrotado hasta las banderas', '40 valientes' que nos habíamos acercado a Castalia con la esperanza de un ascenso que al que esto escribe se le antojaba harto complicado. Y no por el juego en sí, sino por las bajas con las se llegaba.

¡Que ambiente, por dios!... dos fondos, una tribuna lateral sin cubrir y la otra con el techo que protege cuando la lluvia arrecia de repente. Sensaciones, emociones que no se pueden pasar al IPod: hay que estar allí para experimentar lo que en San Mamés no se siente.

Un equipo de tercera con una afición de Primera. Directiva y medios de comunicación que durante toda la semana "no concebimos otra suerte que no sea la del ascenso". Es más: ya tenían marcados los pasos de celebración para el día siguiente: Basílica del Lledó, en plena Huerta de la Plana, a un kilómetro de Castellón, para ofrecerle el ascenso a Nuestra Señora del Plaza Mayor como culminación de una 'Rúa' por las calles de la capital.

Pepe Mascarell, Jordi Bruixola, Vicente Montesinos, José Miguel Garrido, 'la plana' mayor del equipo de la Plana. ¡De qué iban a coincidir en el palco tanta autoridad si no fuera para contemplar a su equipo concretado el ascenso! Ya se había dicho durante la semana por boca del entrenador y otros próceres del fútbol de Castellón y diversos medios de comunicación.

En el autobús, ya de regreso, como el sueño no llegaba, charlé con un hombre de mucho arraigo en la Villa. Él me hablaba sobre cómo le habían allanado el camino al Castellón, y empinado el suyo al Portugalete.

A todo ello, en lo que coincidía, yo le sumaba lo terrible de llegar al momento decisivo con cuatro bajas de vital importancia: Cubería, Infante, Arbeloa y Gabri. Cuatro jugadores: el talento, en el banquillo, haciendo grupo, pero con la certeza de que en ningún caso habrían de saltar al mullido verde de un campo con medidas FIFA.

Frente al Llanes, Infante vio cómo el codo se le desgajaba de su cuerpo. Él me retrotrae al partido de Plasencia, en el que tuvimos que jugar casi toda la segunda parte con diez debido a la tarjeta roja que recibió Artabe porque el balón le pegó en el culo y en su brazo pegado al cuerpo.

Con diez, tuvieron que hacer un esfuerzo fuera de lo normal. Y los esfuerzos se pagan: Arbeloa sufrió una rotura fibrilar que le dejaría fuera del once para todo el resto del play off. El equipo, en inferioridad numérica, se vio obligado a trabajar a destajo.

El partido de ida de esta final de la eliminatoria, a punto de señalar el árbitro el final, el trencilla entendió que el uno a cero goles no era de recibo. Empate para viajar a Castalia, que no sea por mí,  pensaría el 'referee'. Del uno a cero a la igualada. Ese penalti que le daba el pase al Castellón.

Y si se lo daba, sería, primero, sin Cubería, Arbeloa, Infante y Gabri, el equipo que Docando ha alineado en Castalia ha sido "el B", como se me dijo. Cube', todopoderoso, así en la zaga como en la estrategia. Infante y Arbeloa, en las bandas, la magia y la fuerza: sin alas para volar, prófugos de la lesión por la no cura.

Y la media punta, la ausencia de Gabri, virtuoso que enlaza lo de atrás con el ariete. Y fue así que, con lo más granado en la tribuna, un Portu deformado salto a calentar, y desde la tribuna rompimos a llorar mediante el aplauso, los gritos, el megáfono, el bombo de Rodri.

En la previa, medio equipo le confesó a al Desmarque Bizkaia que tanta ausencia no importaba, que similar calidad nos hacía fuertes en el banquillo. Uno, que tiene mucho fútbol jugado y visto en las piernas y en sus ojos, no se lo creía.

El Portu estaba hecho unos zorros merced a las lesiones que tanto duelo acarrean, y la 'jodida' acumulación de tarjetas que consiguió encarcelar a Mikel: ese gigante que bajó a La Florida para ser  'Titán' en la zaga y 'PEGASO', caballo alado, en la medular...

Infante, cuyo codo se salió de madre en el primer partido del play off. Arbeloa, esa 'bestia, ' que en su regreso 'casa' el Desmarque Bizkaia disecciónó. Y qué decir de Gabri Ortega,  'pantera rosa' que en vuelo controla para echar el balón al piso y jugarlo con su inimitable elegancia y críterio: ¿o ustedes creen que sin Cubería, Infante, Arbeloa y Gabri el Portu es el mismo Portu que con ellos? Rotundamente, ¡no!...

Un Portu que, como al principio leyeron, llegó MERMADO a Castalia. Y si mi criterio entienden vano, pregunten a Ezequiel Loza, ese mister del último ascenso que en privado habría de confesarme: "Se me pueden lesionar todos los titulares... menos uno". Silencio. Nos mirábamos a los ojos y en los cuatro se podía leer el nombre Carlos, de apellido Merino, mediocampista centro colosal, director de aquel ascenso.

Él llegó con todo al play off; iCarlos Docando, no! En ese 'no lesionarse' radica el 'MagicTime', ganar, ganar y ganar con el ímpetu del que sabe ser 'más fuerte que todo obstáculo y todo sufrimiento'.

A Infante, Arbeloa, Cubería y Gabri les habría gustado saltar' al precioso verde de Castalia. Con los cuatro en el once, este cronista, que conoce muy bien y de primera mano a los ausentes, se siente legitimado para afirmar que 'un Portu Total' se habría merendado-cenado a un Castellón que, para mi asombro, copió la muestra de fútbol que exhibiera en La Florida: no combinar en la medular para evitar cualquier pérdida o robo. Y sí reincidir en su fútbol veloz de balonazos al área, así verticales como trazando diagonales.

El Portu, a la espera de su momento, no sufría. Fue en el 42' cuando el guión del partido sería escupido por la boca del árbitro, para alterado todo. Cuando un juez, mezquinamente, nos privó el protagonismo en la disputa. Once contra diez: se había cumplido con creces la sospecha de los 'bien pensados'.

En un Castalia enorme, inmenso, un feudo de Primera División, al árbitro le había llegado la ventolera de Plasencia, de la ida en La Florida, y de Tanos y Sant Andreu también le venía. 'PIENSA BIEN Y ACERTARAS'...

El Portu no es de bronce por la ausencia de Infante, Arbeloa, Cubería y Gabri. Y por la prevaricación de un árbitro cuya decencia le aguantó hasta el 43': no le daba más de sí, borracho de un ascenso y de su calle. Árbitro deshonesto. Lacayo del rico. Árbitro que le impidió competir de 'tú a usted' a un Portu mermado.

La UD CASTELLÓN, aún tan solo por aunar en un estado imperial acasi 15.000 centuriones, merecía ascender, pero no de esta manera tan bastarda. Fue bonito habitar el nuevo Castalia. Compartir palabras y abrazos con su gente. El sueño de ascender se fue al limbo, porque, como ya se ha dicho, EL ÁRBITRO LE IMPIDIÓ COMPETIR A UN PORTU MERMADO.

Agradecer a nuestros aficionados desplazados a #castellon y buen regreso a casa, no os pudimos dedicar la victoria.
No estéis tristes, desde YA nos ponemos manos a la obra para #todosjuntosporobjetivo #segundaB
S I E M P R E #aupaportu https://t.co/lGUKQot6cF

— Club Portugalete ⚽ (@clubportugalete) 24 de junio de 2018