Ni Barkala ni Uriarte ni Arechabaleta entran al trapo con Ander Capa

Su nombre es de los que con más fuerza ha sonado en las últimas semanas, sobre todo tras disputar sus únicos minutos en toda LaLiga Santander en el partido jugado ante el CA Osasuna en Bilbao. Según ha desvelado este miércoles la emisora Onda Vasca, frente a lo planteado días atrás ninguno de los tres precandidatos a las elecciones a la presidencia y junta directiva del Athletic Club, Iñaki Arechabaleta y Jon Uriarte Uranga, están ahora mismo por la labor de firmar un acuerdo con Xabier Eskurza, el agente del futbolista Ander Capa (que acaba contrato el 30 de junio de 2022 con la entidad de San Mamés) según las condiciones que se pregonan.

La oferta que se ha filtrado se realizaría al carrilero de Repelega (8 de febrero de 1992, 30 años) sería de dos temporadas, hasta el 2024, y un tercero más condicionado a cumplir unas determinadas variables con una perspectiva salarial que rondaría los 1,5 y 1,6 'kilos' por campaña; muy por encima de lo que percibía en la etapa previa, con Rafa Alkorta en la dirección deportiva, que está a unos días de cerrarse.

Ninguna de las tres precandidaturas parece dispuesta a entrar a ese trapo, algo que, de ser así, no deja en buen lugar ni al futbolista ni a su representante ya que se presuponía que tenían el 'sí' de los aspirantes.

El representante de Capa estaría mandando un email a cada uno de los precandidatos con una oferta por 2+1 años al jugador, a razón de €1,5m el primer año y €1,6m el segundo, pero en realidad, ninguno de ellos ha aceptado dicha oferta

La complicada convivencia de Ander Capa con Marcelino

"Tuve una charla con él tras el derbi contra la Real en Anoeta, donde me vio cabizbajo. Esa semana hablamos y me preguntó qué me pasaba. Le dije que qué me iba a pasar, no juego, no tengo ilusión y solo pienso en entrenar e irme a mi casa. Me dijo que no tenía que enfocarlo así, que entrenase fuerte, que ya me llegaría la oportunidad".

Una oportunidad que, por otro lado, no le acabó de llegar nunca: "Me hizo, eso sí, cambiar la perspectiva, cambiar el chip e ilusionarme de nuevo. Volví a entrar en ese rol de entrenar bien, fuerte y convencido de que me iba a dar la oportunidad. Y vi que no llegaba, hasta que un día me dijo en el gimnasio que entrenase para mí". Y ahí acabó todo: "Entonces entendí que por mucho que hiciese no iba a contar conmigo".