El lado curativo de Marcelo Bielsa y Luis De la Fuente

Aunque la selección que en Tokio había dirigido quedase segunda el nuevo seleccionador absoluto que sucede en el puesto a Luis Enrique, el jarrero Luis de la Fuente, no tuvo medalla que morder mientras volaba de regreso a casa. Cosas de las Olimpíadas. Competición justa donde las haya: el metal se lo cuelgan del cuello tan solo los deportistas. Sus jugadores, en este caso.

De Luis de la Fuente va la cosa. Del 'jarrero' de Haro. De 'nuestro león'. De ese fino lateral zurdo que jugaba a los 'relevos' con Ismael Urtubi y Estanis Argote. Un estilista. Un artista. Un extremo cuya posición se fue retrasando porque era capaz de apretar tanto campo como el que abarcaba.

Athletic Club, Sevilla FC, Athletic, Deportivo Alavés. El cronista estuvo en 'El Mazo' aquella calurosa tarde en la que se le homenajeaba. Alavés vs Athletic. Un testarazo de Iván del Campo se fue a la gloria donde habitaba el 'glorioso'. Para entonces, la mente de Luis de la Fuente estaba ya sentada en los banquillos. Vocación a primera vista.

Se inició en el Getxo. En Fadura. De 'becario'. Era ya verano de 1997 cuando, ascendiendo hacia la 'casa de los sueños', lo vi una tarde entrando al Municipal  de La Florida por la puerta de los socios. Tras la marcha de Primitivo Soto 'Primi' luego de cuatro temporadas exitosas, sonaba 'Isma' Urtubi para tomar el relevo como míster del Club Portugalete.

Al ver al 'jarrero' entrando en La Florida, la duda, disipada, se fue al limbo. Confieso que entonces no las tenía todas conmigo. Que la llegada al 'Portu' de un futbolista de la talla de Luis me generaba la duda del que, aunque no lo dijera, piensa: ¿Un banquillo para darse a conocer y nada más?

José Ángel Arrillaga 'Tatxeta' presidía la directiva jarrillera...

Desconozco cómo se fraguó aquel 'contrato top', aquel fichaje de lujo. Es ahora, con el tiempo cumplido, cuando el cronista está en condiciones de equiparar la llegada al Portu de Luis de la Fuente con la de Marcelo Bielsa al Athletic.

Porque si el 'Loco' de Rosario fue capaz de marcar un registro de lujo entre el antes y el después, del mismo modo obró ese período de tres temporadas en el que De la Fuente "dirigió al Portu como si a un grande lo hiciera, con mucha profesionalidad, fuera en los horarios, en los entrenamientos... en todo".

De la boca de 'Tatxeta', presidente en aquellos días de gloria [1997...2000], resurge lo entrecomillado con una pasión contagiosa. De la memoria viva del cronista, lo que sentía en las mañanas que el 'Portu' ejercía de local en La Florida.

Allá por 2009, ocupando Luis de la Fuente cargo de Delegado del Club de Ibaigane, 'Kuitxi' le dedicó una de sus crónicas en el 'Oye Como Va' nocturno de 'Herri Irratia'. "El fútbol curativo de Luis de la Fuente". Aquel fútbol. La manera de entenderlo.

Su capacidad para inculcarlo en la plantilla. La pasmosa fidelidad con la que Txerra, Txitxi, Pedro Luis, Correa y compañía lo escenificaban sobre el mimado tapete que era, ya por entonces, el terreno de juego de La Florida.

Marcelo Bielsa y Luis De la Fuente...

Cuando las comparaciones no resultan odiosas. Cuando uno acude al estadio, como si al cine fuera, y sale del recinto con su mundo emocional agigantado. Cuando llega vacío y sale lleno. Cuando ingresa triste y le dan el alta feliz.
Cuando, creyendo que todo lo vio, un equipo de fútbol le regala el 'más difícil todavía'.

El que tiene magia no necesita trucos. Sólo trabajo. 'Matarse' entre semana para 'resucitar' glorioso en mañana de domingo ante la mirada de su gente. Yo no sé lo que el Athletic de Bielsa hacía mientras jugaba. Tampoco quería saberlo. Tan solo mirar. Quedarme extasiado mientras sentía. Abandonar el campo en la esperanza de que habría un domingo más para el pleno despertar de mis sentidos.

La gente que supo de lo que el Athletic de Bielsa era capaz, pero que nunca vio al Portu de Luis de la Fuente, que cierre los ojos y vea que... ¡a lo loco se vive mejor! Locura. Perder el sentido. Dejarse llevar. Mirar al verde. Olvidarse del grupo. Centrarse en el balón. Una esfera sin dueño.

Nadie ataca. Nadie defiende. Sin gritos ni brusquedad. Y cuando, luego de trazar dibujos animados, con un ligero soplo, la pelota le corresponde a la red, el cronista saca su pañuelo y lo despliega, por aquello de las lagrimas; y la libreta y el lapicero: por lo de la poesía.

Viene, por fin, a cuento, algo que en su día planteó el premio Nobel de Literatura José Saramago: "Si hay que buscar el sentido de la música, de la filosofía, de una rosa, es que no estamos entendiendo nada". "Un tenedor tiene una función", dijo el de Azhinaga.

"La literatura no tiene una función". Al igual que el fútbol de Luis de la Fuente no la tenía. Aunque fuera capaz de consolar a toda una afición como la de La Florida. Aunque la hiciera reír. Aunque la hiciera llorar. Aunque como si en sueños la hiciera feliz.

Soñaba en Tokio Luis de la Fuente...

En Portugalete soñaba José Ángel Arriilaga, aquel que un día fuera su presidente. Que se convertía en oro el fútbol que tocaba soñaban el cronista y la afición jarrillera que a finales del siglo XX le acompañaban. Lo merecía Luis, el 'jarrero', para cerrar el círculo de entrenador que en La Florida comenzara.

Sueño de una noche de verano. Anochece en Portugalete al mismo tiempo que en Tokio el sol se despereza. 'Camino de Santiago'. Tendrá que bajar el entrenador de Haro hasta Sevilla para alcanzar su jubileo transitando la 'Vía de la Plata'. A su lado, 'Tatxeta', y aquella parroquia de La Florida, eternamente agradecida. Como en peregrinación. Para combatir las enfermedades que dañan el cuerpo y ensucian la mente. ¡El fútbol curativo de Luis de la Fuente!