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Al loro, Orange estafa
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Al loro, Orange estafa

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Juan Carlos Aragón

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Voy a seguir hablando del Concurso, que es lo que ahora vende, y lo que tú quieres leer de mí. Lo que pasa es que, Orange, al final como todas, me ha estafado, y no he perdido la oportunidad que me brinda mi primo Fede para que lo denuncie aquí. Po ea, otra más pa la colección. Y los jueces tocándose los huevos.

 
Los que no se tocan los huevos precisamente son los otros jueces, los del Concurso, o sea, la mayoría de los aficionados que tienen una cuenta en Twitter o Facebook. No me gustan, aunque yo —la verdad sea dicha— no me puedo quejar en general del trato personal que recibo en las redes. Ello no evita que cada vez crezca más en los participantes la sensación de estar yendo a un juicio, en lugar de a un concurso de carnaval, juicio que, normalmente, bascula entre su dos términos derivados con el jodido prefijo del “pre-juicio” y el “per-juicio”, el juicio formulado sin los elementos de juicio suficientes y las consecuencias indeseables de haber sido mal juzgados, respectivamente, pero que ya es una tendencia irrefrenable. Sentirse juez y además con proyección pública es una tentación irresistible, sobre todo para los individuos con dificultades en la esfera de la comunicación y el prestigio social del reconocimiento ajeno, aunque sólo sea a través del Me gusta o el RT.
Sea como fuere, los que concursamos sabemos que ya los mejores termómetros no son los jurados diarios, sino los juicios nocturnos, las redes, el quinto poder, nos guste o no. Sin ir más lejos, hace unos días mi compañero David Carapapa cargó en un pasodoble contra todos los CHUFLAS que, escondidos en cuentas anónimas, juegan a dárselas de Risto Mejide, quemando con mala baba y peor arte la moral y la ilusión de los grupos y, es obvio, se lo llevó calentito, pero le dieron la razón. Arremetieron contra él, sí, pero desde el mismo canalla y cobarde anonimato que, por cierto, jamás entenderé en un país en el que una de las pocas libertades que nos quedan es la de la expresión. Por una parte, la afición dividida entre la cátedra y la judicatura, por otra los trolls embistiendo contra cualquiera que cabalga en dirección contraria a la suya. Y ahora os digo yo, aficionados, ¿os habéis puesto por un momento en nuestro lugar? Hay presiones lógicas que forman parte de la profesión, y otras que no. Al dedicarte a la cosa pública sabes que estás sometido al juicio de valor, pero eso no implica la emboscada, el linchamiento virtual o el terrorismo telemático.
Éste está siendo mi mejor Concurso en dos sentidos. He dejado de fumar y he dejado de verlo. O sea, he triunfado. Me he salvado del cáncer de garganta y del compromiso de tener que opinar sobre los demás, que no sé a qué le tengo más miedo. Pero a mi cuenta han llegado muchas capturas de pantalla que no he podido obviar, muchos RT que me han provocado náuseas y algunos comentarios exaltados de aficionados “rivales” con un retraso mental tan severo que sólo me ha dado para su urgente bloqueo. El Carnaval expuesto en todos los territorios posibles corre el riesgo de perderse o degradarse, porque algunos de estos terrenos son pantanosos y corrosivos. Aún no alcanzo a comprender esa obsesión por la cuenta anónima con el Nick de cuando trabajaban en la Interpol y la foto de su puta madre. Pero me preocupa. Son muchos los cobardes, y los cobardes son muy peligrosos. Esto no lleva segundas por si algún estúpido la ve. La cobardía tiene su raíz en la impotencia y el complejo de inferioridad unidos, suma que hace al individuo especialmente peligroso si va armado. Y hoy las peores armas de destrucción masiva son los móviles. El valiente, si dispara, lo hace de frente. El prudente no dispara. El cobarde dispara siempre, y siempre por detrás. Cuidado. Hay muchos cobardes disparando. Desde todos los frentes. Con los muertos de Orange.
JUAN CARLOS ARAGÓN

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  1. Sergio

    Que va Alvaro, no es un cínico, es un autor de Carnaval, el problema esta en el resto de personas que no lo ven...O no tiene derecho a casarse donde le salga de los cojones porque cree obras carnavalescas y hable de Fidel crees que es Castrista cuando es la comparsa "la que actúa". El problema esta en los que elevan la comparsa como algo personal. Menos mal que yo soy chusma selecta sino sufriria mucho cada Carnaval con la pluma del maestro.

  2. cris

    Yo de redes sociales no entiendo mucho, pero orange tb me ha estafado.

  3. Alvaro

    Una persona que lleva tres decadas viendo carnavales no tiene el suficiente criterio para opinar? Pero usted se va a Cuba dos semanas y ya es experto en ello, no? Usted es el principal causante de lo que precisamente comenta. Es usted quien jalea y provoca al publico, y yo mismo he sufrido insultos en las redes sociales por parte de componentes de su agrupacion. Y ahora viene de bueno y victimizando? Y despues decir lo que nos dice siempre le vemos casandose por la iglesia... Usted es un cinico de los gordos.

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