Arcarahopipa

Andalucía, el PSOE recoge lo sembrado. Los resultados de las elecciones andaluzas no se entenderán si no analizamos papel del PSOE en el desmantelamiento de los movimientos sociales. Un pasado de miseria lastra su futuro. Se confunden y no quieren ver que si Andalucía avanzó un 3%, su vecino el Algarve portugués lo hizo en un 20% durante el mismo período. Con el "nunca vivimos mejor", que el economista andaluz Antonio Porras define como el "mito de la propaganda" se han venido conformando. Con este estado de ánimo mayoritario, de satisfacción con el presente y el miedo al futuro, es terreno abonado para políticos sin escrúpulos y métodos incluso para-legales, por los que mantienen el poder en una sociedad necesariamente muy subsidiada. En 2014, Susana Díaz toma una decisión que marcará la política andaluza para estos años: expulsa del gobierno a IU, y trata de atraerse a sus militantes. En palabras de un ex dirigente del PCE, ahora en el PSOE, “se trata de aglutinar todo el electorado, desde las hermandades del Rocío a las organizaciones feministas pasando por los sindicatos”. Muchos cargos de IU quedan desamparados y sin trabajo. En el año 2006, siendo presidente Manuel Chaves, nombran a la Duquesa de Alba, hija predilecta de Andalucía. Fue un gesto de desagravio por las manifestaciones, la ocupaciones de tierras, descalificaciones e improperios, de los obreros del campo, que dependían de sus “cortijos”, venían realizando contra la Casa de Alba. Fue todo un símbolo, desagraviar a la Duquesa y agraviar a los jornaleros. Pero a los dirigentes socialistas ya non les importaba mucho. La mayoría de ellos ya hacía años que, según la palabras del cura de Gerena (ex comunista): “como no pueden ser señoritos, se convirtieron en señoritingos”. Tanto es así que el mismo Alfonso Guerra compró un "cortijo" en este municipio, a pocos metros de La Pizana, propiedad de la duquesa de Alba, famoso por sus fiestas. Pero antes, poco a poco, fueron desmantelando todos los movimientos sociales, desde los vecinales a los sindicales. La forma de apartar a los que podían ser contestatarios fue retirarles las ayudas, creando otros nuevos que serán los encargados de repartir las subvenciones y puestos de trabajo para lograr las “peonadas” exigidas y, así, cobrar todo el año. “En la práctica, montaron una administración paralela”, en palabras de un ex dirigente de Comisiones Obreras. Para engrasar los sindicatos emplearon los ERE. Un instrumento de reparto de prebendas a los afines que comenzaría con el cierre de la mina de Boliden en Aznalcollar. Paralelamente, comenzaron también a incentivar a las Cofradías de Semana Santa, las Hermandades de las distintas romerías, comenzando por la del Rocío, y las distintas “peñas” flamencas o taurinas. Simultáneamente institucionalizaron como “andalucismo” una parte del folclore e “idiosincrasia”, que llegó hasta la gastronomía. Para completar el panorama, los servicios sociales, que controlaban a una sociedad subsidiada, por sus propias características de pobreza, fueron privatizados sin reparo, pasándolos a manos de oligopolios como el de Florentino Pérez. Ahí comenzó el declive de un PSOE que, con la crisis, no fue capaz de satisfacer las demandas de la sociedad, creando una capa cada vez mas amplia de descontentos entre sus votantes subsidiados y las clases medias, ahora menguadas. Sólo le faltaba las disputas internas partidarias para que muchos decidieran cambiar el sentido de su voto o, mejor, quedarse en casa. Dos tercios de los votos que perdieron fueron a Ciudadanos, los otros a la abstención. La irrupción de VOX es la vuelta de los señoritos andaluces tradicionales.

Hasta hace muy poco tiempo sólo teníamos la intuición expresada por algunos grandes científicos de que para acabar con los prejuicios que impedían los avances sociales, era indispensable que desaparecieran, que se extinguieran las vidas de los portadores de aquellos prejuicios. Ahora sabemos por qué. La transferencia del conocimiento nuevo requiere materia cerebral, actividad mental, pasado, memoria, pero, sobre todo, nuevas maneras de mirar las cosas y los temas antiguos. Cuando las nuevas generaciones fallan en ese cometido, resulta estéril la desaparición de las generaciones que las precedieron.

¿Acaso el PSF, el PSI, el PASOK, el SPD, el Laborismo... no son culpables del ascenso de la derecha? ¿Acaso no han promovido políticas neoliberales cuando estuvieron en el poder? ¿Acaso no traicionaron a los trabajadores —razón de su existencia—? Entonces, ¿por qué se pretende salvar en España al PSOE y sus barrabasadas? Su reforma laboral; la destrucción de la base social de la Constitución al modificar el art. 135; la compra de las cúpulas sindicales, y como no, el saqueo de las ayudas que enviaba Europa y la corrupción generalizada. Para defender el derecho de los perros, el carril bici, a los trans... ya están la ONG's —financiadas con dinero público, por cierto—. Además los derechos individuales siempre los han defendido mejor los liberales. Fuera del mundo del trabajo, la izquierda no tiene sentido. Las clases existen, aunque los engrasados líderes de la izquierda hayan traicionado a sus representados. Por desgracia muchos asalariados se sienten clase media porque les han llevado al error de distinguirse de los obreros. Sin recapacitar de que no aguantarían dos meses sin el sueldo, que mal que les pese son trabajadores. Zapatero es un felón de la catadura de Fernando VII

Cuarenta años de simulacro. El siglo XXI se inicia con un Florentino Pérez a cargo del Real Madrid, y de la Economía y Justicia española. Justo en el año 2000, el palco del Bernabeu se convierte en la sede del Gobierno en la sombra. Aznar y Rubalcaba —factótum de González— en nombre del sistema, despachan con Florentino los asuntos del país, pero es el presidente del club quien planifica el trasfondo político, los negocios, quien reparte dividendos. El palco es una nutrida representación del establishment político y financiero, incluso mantenía butaca Cándido Méndez en representación de la domesticación sindical. Tanto Zapatero como Rajoy se sometieron a este Gobierno en la sombra, al igual que ahora un Casado ungido también por Aznar. Sólo Sánchez hizo rechinar la estructura, pero una serie de 'avisos' le llevó a solicitar el perdón del patriarca durante una comida celebrada en febrero de 2018. Un periodismo que habla de Florentino Pérez exclusivamente como presidente del Real Madrid en lugar de como anomalía de la justicia ya ha dicho todo lo que tenía que decir sobre Florentino Pérez, sobre el Real Madrid, sobre la justicia y sobre el periodismo.