Ya llueve menos: subidón de autoestima en Huesca

El Cádiz CF se llevó los tres puntos en un partido en el que impuso su sello defensivo en todo momento. Como hizo el Osasuna en el Carranza la semana anterior, se hizo una roca y aprovechó los defectos del rival. Con esta fórmula saca sus tres primeros puntos, que darán tranquilidad a un proyecto que todavía debe perfilarse.

El partido comenzó con el guión previsible: balón para el Huesca, con el Cádiz replegado. Los amarillos parecían tener la lección aprendida de empezar sin cometer errores, aunque se echaba de menos una mayor capacidad para hacer daño a su rival cuando recuperaba la pelota.

El Cádiz estaba siendo un equipo bien posicionado y poco más, pero un centro de Álex Fernández mal despejado por Andrés Fernández fue convertido en gol por Negredo en el minuto 10. Los amarillos golpeaban primero y le metían toda la presión a un rival que apostaba por tener la posesión, pero sin velocidad ni desmarques.

El equipo sabía cómo entorpecer el inicio del juego oscense, pero se echaba de menos un mayor criterio cuando recuperaba el balón. En la primera media hora el partido era un monólogo de los locales, aunque Cifuentes no tenía que emplearse excepto en algún centro lateral sin peligro alguno.

El panorama no cambió en el tramo final del primer tiempo. El Huesca no era capaz de descifrar la defensa cadista y los visitantes no cometían los errores que se vieron contra el Osasuna.

El esfuerzo del primer tiempo hizo mella. Cala y Jonsson se retiraron con molestias en el descanso y entraron Fali y Bodiger. Álex Fernández bajaba su posición para acompañar a José Mari y el francés pasó a ser el jugador que presionaba arriba, junto a Negredo.

El Huesca metía más artillería arriba para que cambiara la fisonomía de un partido donde todo era muy previsible hasta ese momento. Borja García debutaba en los locales y el Cádiz no era capaz de buscar un segundo tanto que dinamitara el encuentro.

Pasaban los minutos y la victoria era un botín posible porque el Huesca seguía sin causar problemas. Entraba Augusto Fernández por José Mari para apuntalar un poco más el centro del campo. El Cádiz seguía siendo un bloque muy sólido y en ataque se unía Malbasic en el lugar de Negredo.

El Cádiz había llevado el partido a donde quería. No pasaba casi nada cuando quedaban 20 minutos y aunque no tenía fuelle para atacar, pero no veía peligrar el resultado. Salvi aparecía más porque el equipo aragonés cometía algunas imprecisiones por la ansiedad de buscar el empate, pero el segundo tanto no llegaba.

Cuando quedaban 10 minutos entraba Alejo por el sanluqueño con la consigna de matar el partido con esa línea de presión de gente fresca junto a Bodiger, Malbasic y Augusto Fernández. Y lo consiguió con una buena jugada de Malbasic por la izquierda, que centró al segundo palo para que Pombo marcara a placer.

Cifuentes realizó una gran intervención para impedir el 1-2 en el minuto 86 a un disparo de Mosquera en una jugada invalidada por fuera de juego previo. La prolongación fue larga, de siete minutos, pero el equipo tuvo el oficio para que no pasara nada más y la victoria cayó del lado gaditano. Ya llueve menos.