A la última jornada con casi todo en contra

No fue capaz de ganar el Cádiz CF al Real Madrid un partido en el que incluso desperdició un penalti. Ante un rival con suplentes y que no le metió mucha intensidad al partido faltó ese acierto que le hubiera llevado a la salvación automática o, al menos, a depender de sí mismo en la última jornada. No pudo ser y ahora debe ganar al Alavés y confiar en que Osasuna no deje ganar al Mallorca.

El Cádiz salió al campo con la intención de demostrar pronto que era el que más se jugaba. La alineación era muy ofensiva y también entrañaba riesgos. Cuando los amarillos querían empezar a enseñar las uñas, el Real Madrid ya se había puesto por delante. Nadie fue capaz de frenar a Rodrygo a los cinco minutos y Mariano marcó a puerta vacía. El primer mazazo de la tarde.

Pudo ser peor porque Asensio estuvo cerca de marcar el segundo a renglón seguido, pero Ledesma lo evitó. El equipo se estaba partiendo muy pronto por la ansiedad de verse por debajo. No obstante, pudo empatar en el minuto 13 en una gran jugada de Negredo, que dejó atrás a Militao, pero Vallejo se adelantó a Lucas cuando éste se relamía para marcar.

Los de Sergio eran una máquina de perder balones y eso le facilitaba mucho las cosas a un rival que le bastaba con jugar al tran tran. El Cádiz era un manojo de nervios por la situación, pero poco a poco se fue templando y empezó a crear serio peligro.

Lunin evitó el empate en el minuto 36, pero no pudo con el remate de Sobrino, que hizo un golazo para poner el empate. Los jugadores casi ni lo celebraron en el campo, pero el estadio fue una fiesta completa. La tensión era tan alta entre los futbolistas que parecían estar pensando más en celebrar una victoria. Y pudo incluso irse ganando por la ocasión que tuvo en una buena contra entre Lucas y Negredo, pero el servicio del gallego no fue bueno.

Todo siguió igual tras el descanso. El Cádiz estaba volcado y muy intenso ante un rival que no era capaz de quitarle el mando a los locales. Los gaditanos se habían repuesto al durísimo golpe de ir perdiendo, pero no habían aprovechado sus ocasiones de ponerse por delante y daba pánico que el Real Madrid volviera a golpear en alguna contra de calidad.

Sucedió algo que no pasaba hace mucho tiempo: un penalti a favor del Cádiz. Lunin derribó a Negredo y fue señalada la pena máxima, pero el madrileño lo falló y volvían los nervios a falta de media hora. Negredo tuvo otra clara ocasión unos minutos después, pero otra vez se encontró con Lunin.

Para colmo, el Madrid había sacado a Hazard, Carvajal y Ceballos y había subido su intensidad. Las buenas noticias que llegaban de Mallorca en forma de empate del Rayo no eran un alivio porque tras fallar tantas ocasiones ya se estaba perdiendo la confianza dentro y fuera del campo.

El partido entraba en la recta final con la sensación de que se estaba dejando escapar una oportunidad histórica. Y así fue. Marcó el Mallorca, no llegó el segundo del Cádiz y casi todo se fue al traste.