¿De qué están realmente hechas las medallas de oro?
Todos sabemos que las medllas de los Juegos Olímpicos son de oro, plata y bronce (y también está la de chocolate), pero, ¿de qué están hechas realmente las preseas?
Para recordar el primer momento en el que se comenzaron a entregar medallas en los Juegos Olímpicos hay que remontarse al comienzo de los Juegos modernos en Atenas 1986. En aquellos Juegos, se entregó una medalla de oro al primero y una de bronce al segundo, y no fue hasta los Juegos de San Luis, en 1904, que se estandarizó el dar una medalla de oro al primero, una de plata al segundo, y una de bronce al tercero. Tradición que se mantiene hasta nuestros días y que se repetirá una vez más en Tokio.
Pero la duda que siempre surge es: ¿Están compuestas estas medallas, sobre todo la de oro, realmente de oro? La respuesta rápida sería que sí. La medalla de oro contiene oro, pero en una cantidad ínfima, por lo que pensar que está compuesta al 100 % por oro es un error.
Lo cierto es que solo la de plata está hecha al 100 % de plata pura, mientras que la de bronce tiene un 95 % de bronce y un 5 % de zinc. Por su parte, la de oro, que pesa unos 556 gramos, apenas contiene seis gramos de oro, y el resto es plata pura. Así que, como bien dice el refrán, no es oro todo lo que reluce.
Estos porcentajes han sufrido cambios a lo largo de la historia y es que las medallas no siempre han estado sujetas a unos parámetros fijos. Su peso y tamaño han variado. Por ejemplo, en los primeros Juegos Olímpicos tras la guerra, los de Londres 1948, estuvieron marcados por la escasez de oro en Europa, debido a que durante el conflicto este era un material muy valioso, por lo que las medallas apenas podían hacer uso de este mineral.
Lo curioso de las medallas de este año, es que están elaboradas con materiales reciclados. Para ello, Tokio recogió miles y miles de teléfonos móviles usados y aparatos electrónicos para extraer de ellos oro, plata y bronce, reciclarlos y crear las medallas a partir de ahí.