Jiménez: "Me da miedo que este año se pierda"

Carlos Jiménez es una voz autorizada esta temporada en el Unicaja por lo que ha hecho sobre la pista y lejos de ella. Habla con una serenidad admirable y juega, este año más que nunca, como el auténtico líder de un equipo necesitado. El alero hizo un repaso a la convulsa actualidad del conjunto verde en la Cadena SER que reproducimos íntegramente por su innegable interés periodístico.

-Situación general del Unicaja.
Por sintentizar, diría que estamos arrastrando un poco el comienzo que hicimos de temporada. Sobre todo, a nivel de resultados. Tuvimos inconvenientes importantes y no hemos estado a la altura de las expectativas que se crearon respecto al grupo. Nos pasó factura. Todos podemos tener nuestra parte de culpa. Un factor importante que influyó es que, comparando con años anteriores en Málaga, el equipo ha tenido poco margen de confianza. Lo digo por sensaciones, sin ejemplos claros. Dados los inconvenientes del inicio, con los resultados que no nos acompañaron, la sensación no fue buena. La serenidad para trabajar no se conservó. Y este año, el grupo debería haber tenido tener mucho mayor margen de confianza. Porque el planteamiento es evidentemente de futuro, con muchas incorporaciones, muchas bajas y que tenía que tener un margen de confianza mayor que otros años. Veníamos de hacer una temporada más que aceptable y con todas las bajas de gente muy importante, teníamos que ser conscientes de que iba a costar empezar. Además, se produjeron lesiones de gente importante sobre las que tenía que recaer el relevo (Archibald, Berni, Gomis, también yo estuve parado), no pudimos servir de referentes para las nuevas incorporaciones.
-Razones fundamentales.
Me gustaría hablar de esto al acabar el año, pero entiendo que la gente necesita que se le explique un poco. Tenemos el problema de que llega mucha gente que tenían otro tipo de obligaciones, que venían de equipos en los que, si perdían, la presión no era tan grande con lo que el margen de confianza era mayor, no se le da tanta importancia a los errores. Llegan Freeland, Saúl, Guillem, Taquan Dean... Jugadores que tienen la idea de crecer y seguir formándose en Málaga, pero también se encontraron con exigencias nuevas de un equipo como el Unicaja. Eso explica un poco la situación de los jugadores. Por parte del cuerpo técnico entiendo que el planteamiento que se hace es desde un inicio entrenar para estar bien en los momentos importantes de la temporada. Todo ese planteamiento está obiligado de estar acompañado de resultados y nosotros no lo conseguimos al principio, con lo que se creó cierto neviosismo con el cuál fue difícil trabajar. Aun así, todavía estamos en un momento importante de la temporada y de recoger frutos, así que hay que darle margen de confianza a ese planteamiento.
-Primeras conclusiones.
Todo esto, reitero, no creo que sea nada que le pase a cualquier equipo de nuestro entorno. Mi conclusión es que el año pasado se marchó gente importante, caso de Boniface, Carlos Cabezas, Thomas Kelati... Gente importante en la estructura del equipo. Y emepzamos un nuevo proyecto que necesitaba mucha confianza. ¿Qué ocurre? En el caso de Cabezas, era un jugador importantísimo, que forma parte de los mejores años del Unicaja y que conectaba muy bien con el público y la prensa. Esa figura ya no está. Al principio se le prestaba continuamente más atención a la gente que no estaba que a la gente que venía. Conforme pasaba el tiempo, he visto que por parte de un sector del público y prensa se le ha dado muy poca confianza al equipo. Entonces en cuanto han ido un poco mal las cosas, se ha levantado la voz. Nadie es culpable, pero para mí sí es la gran diferencia con respecto a otras temporadas del Unicaja. El ambiente y el clima no ha sido el mismo que en otras temporadas que han sido muy similares. Me acuerdo de mis dos primeras temporadas con Scariolo, quedamos octavos en la liga regular. En comparación, se está haciendo una liga muy similar. Pero la sensación es que nunca es suficiente y que se hacen comparaciones que no nos llevan a ningún buen puerto. Esa es mi lectura y las claves. Me lo tenía un poco preparado.
-Objetivos a corto plazo.
Estoy de acuerdo en que existe la sensación de que no hay mucha esperanza por el título de Liga. También en que quizás no se ha explicado bien cuál era la idea del equipo para esta temporada porque las expectativas que se han puesto en el equipo están por encima de nuestras posibilidades. Eso se debería de haber transmitido bien a todo el mundo para entenderlo. Quizás no somos tan buenos como la gente se pensaba, pero tampoco somos tan malos como estamos demostrando ser. Ese rendimiento es fruto, más que nada, de que nuestro estado anímico no es el óptimo, te conviertes en mediocre. En nuestra labor, somos lo que hacemos la última semana, así lo tenemos que asumir. Debemos hacer un ejercicio de conciencia y pensar que da igual lo que haya pasado hasta ahora, que se va a ver lo que hagamos la última semana. Hay gente que lo tiene presente y otra a la que le está costando más hacerse a la idea. Podemos intentar transmitir la mayor sensación de trabajo y nos gustaría recibir la mayor comprensión posible. Entiendo que después de las decepciones de Copa, Euroliga y trayectoria en Liga es complicado, pero partiendo de la idea de que todos vamos en el mismo barco, entendemos que es lo que hay y tiraremos todos hacia delante. Si queremos llegar a algún puerto. Si queremos que ruede alguna cabeza... Eso ya no lo podemos controlar. En mi parcela intento transmitir a mis compañeros que lo hagamos lo mejor posible todos los días y me gustaría que la gente no perdiese su ilusión porque debe saber que tiene nuestro compromiso. Aunque, eso sí, dentro de nuestras posibilidades.
-Proyecto de futuro.
A mí me da miedo que se pierda. Aunque cro que sí, que con otra serenidad para trabajar, aquí hay mucho amrgen de mejora. Cuando con las cosas son normales no somos capaces de demostrar nuestr valía, es el momento para tomar decisiones. Pero yo creo que no está siendo normal y que hay que darle margen de confianza a todos. Sería en beneficio de todos.
-Papel de la afición y el entorno.
Los murmullos influyen negativamente. Nos damos cuenta, no conseguimos abstraernos de eso. Eso te lo da la experiencia, tu estado anímico, yo que sé, múltiples factores. El caso es que al equipo lo está afectando porque por cualquier error se oyen silbidos, pitos... El baloncesto es muy continuado y hay que ser constructivo, no destructivo. Y cuando ves que no todo el mundo está contigo, somos los primeros culpables en no estar por encima de esas circunstancias, pero intentamos minimizar esa influencia negativa. A veces la prensa no sólo informa, crea opinión y también para mal. En Málaga todo trasciende mucho más de lo que estaba acostumbrado. Es muy importante, siempre trasciende y es complicado a las dinámicas negativas darles su importancia justa. Igual, cuando las cosas van bien todo se magnifica y es bueno. A veces las cosas salen solas, pero no es el momento en el que nos encontramos. Depende de las intenciones de cada uno.
-Relación con Aíto.
Las comparaciones son imposibles. Situaciones, jugadores, distintos. Sí, Aíto es la persona que nos dirige, que intenta ponernos de acuerdo. Cuando estás todos los días entrenando a tu equipo y te ves 0-5, ves que las cosas no salen, a veces te desesperas. Como le pasa a toda persona en su trabajo. Pero no quiere decir que no creemos en lo que hacemos. Es las persona que nos pone en común y es así. De no ser así, pediría que lo fuera. Cada uno debe dejar de lado sus caprichos personales, no pensar en el año que viene que ya habrá tiempo en verano. Hay que terminar este año de la mejor manera posible. Si no existe, que sí, entiendo que debe haber la máxima confianza en lo que hacemos.
-Actitud del Carpena.
Nuestro estado de ánimo no debe depender de ello. Comparamos el ambiente de ahora con el de los mejores años del club. Cuando te acostumbras... Lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Cuando le das alegrías tan grandes, la gente demanda cada vez más. Es fácil olvidar lo que ha costado llegar hasta ahí. Lo que ha pasado esos años es que se animaba mucho hasta conseguir los objetivos y se ha olvidado lo que ha costado llegar hasta allí. Hay que entender que pueden llegar años no tan buenos, pero que no por ello ha sido un error. Hay gente que ha venido con contratos de dos o tres años, con ganas de hacerlo bien en Málaga y porque este año no salgan bien las cosas, no quiere decir que pase lo mismo en los que vienen. No demos tantos pasos atrás este año como para empezar el que viene con un margen negativo, hagamos que el que viene sea más fácil estar en una dinámica positiva. Lo que se nos puede exigir es el trabajo y la sensación que, dentro de nuestras posibilidades, hacemos todo lo posible. Eso reconozco que no se ha conseguido. Los momentos más críticos sí, la Copa y el Prokom. Contra los polacos pecamos un poco de soberbia, pensábamos que ganaríamos y peridmos de 20. Fue un día muy triste para todos porque todos nos dimos cuenta de que ninguno estuvo a la altura de las circunstancias y que anímicamente estábamos deshechos por la situación en la que nos encontramos. Creo que no era un día para ser críticos, sino que para darte cuenta de que algo estaba pasando. Que los jugadores no estaban bien.
-Renovación.
Estoy disfrutando, porque sé que estoy más cerca del final que del principio. Los que juegan con 38 son afortunados. Son muchas temporadas, viajes y lejos de la familia. Disfrutar de lo que me quede, que no sé lo que será. Cuando termine la temporada, ya valoraré. El Unicaja no me ha dicho nada, ni tampoco creo que sea el momento.