La Minicopa para el Madrid, el orgullo para el Unicaja (incluye galería)
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No pudo ser. El Real Madrid se proclamó por tercer año consecutivo campeón de la Minicopa Endesa tras imponerse al Unicaja en la final (60-83). Pese al resultado final, el conjunto malagueño combatió hasta el último segundo y se lo puso complicado a un Real Madrid en donde brilló Kareem Queeley, 'MVP' de la Minicopa con 36 puntos y 43 de valoración en la final. Fue un partido durísimo en el que el Madrid contó con tres fichajes externos a su equipo infantil para llevarse el trofeo.
La gran final de la Minicopa Endesa comenzó viviendo uno de esos grandes duelos que tanto se esperaban. Golden Nnaemeka se enfrentaba a Usman Garuba en la pintura y el joven pívot madridista demostró su capacidad intimidatoria con un gran tapón. Fue el inicio de las hostilidades de un Real Madrid que en dos minutos y medio se colocó con siete puntos de ventaja (0-7). Kareem Queeley, otro de los nombres propios de esta Minicopa Endesa, tomó el control del partido y con una canasta y tapón despertó los primeros aplausos de un pabellón repleto de gente deseosa de disfrutar con el espectáculo de los más pequeños.
El Real Madrid leyó muy bien el partido y entendió la necesidad de parar a Nnaemeka en la zona. Los dos contra uno cuando éste recibía de espalda y la atención especial a Lucas Muñoz bloqueó el ataque malacitano. Dos canastas consecutivas de Queeley obligó al técnico de Unicaja a pedir un tiempo muerto e intentar cambiar un inicio de partido adverso a sus intereses (3-11).
Unicaja lo intentó y Muñoz se echó el equipo a las espaldas con su habitual clase y fuerza entrando a canasta. Un nuevo tapón de Garuba y un mate de Queeley elevó la calidad de la final para mayor goce de los asistentes. En el marcador, la dupla madridista ponía la diferencia y el Real Madrid incrementó su ventaja (12-24).
Pese a las dos faltas que Nnaemeka acumuló de inicio, su presencia era imprescindible al inicio de segundo cuarto, aunque poco tardó en cometer la tercera. Fue en defensa y después de un primer tapón; sin duda que su intensidad defensiva le jugó una mala pasada y en la defensa posterior cometió la falta que le envió al banco.
Ya sin el principal muro defensivo delante, el Real Madrid comenzó a acumular segundas opciones que ampliaron sus ventajas, pero Muñoz salió respondón y 10 puntos suyos redujo la ventaja a los ocho puntos (28-36). A estas alturas de partido era claro el duelo anotador entre Muñoz (17 puntos al descanso) y Queeley (20) mientras la ventaja madridista quedaba estabilizada en los 12 puntos (32-44).
El guión del tercer cuarto varió en cuanto a protagonistas y por fin Nnaemeka pudo liberarse de la presión del rival y la carga emocional de las faltas y con seis puntos en él logró aumentar más presión en el marcador llevando por momentos la incertidumbre a un Real Madrid que pese a su esfuerzos veía como tendría que vivir un final de partido igualado por primera vez en esta Minicopa Endesa (46-53).
Unicaja había hecho lo que nadie había conseguido antes pero al inicio de último periodo se encontró con que sus dos mejores jugadores, Nnaemeka y Muñoz, estaban cargados con cuatro faltas y esto lo aprovechó para estirar la ventaja hasta los 16 puntos (48-64). Fue la puntilla a una final muy luchada y donde el Real Madrid sólo pudo sonreír a escasos minutos del final.