'Carpe Diem', por Mikel Cuadra

Tras los convulsos inicios de la Temporada 2014-15, donde Bilbao por momentos olió a aros muertos y descensos infernales (salvado por dos Jotas y sus ángeles), puso fin a la misma con olor a rosas y ascenso a los altares. Sentarte en la mesa de los ricos tras tantas miserias pasadas es plato del mejor de los gustos, o como diría cualquier avispado, 'un plato es un plato y un vaso un vaso'. BB mereció llamarse SS porque el BienBien fue un SobresalienteSobresaliente.

 
Una vez logrado el objetivo deportivo y con Dominion de la cartera, se presenta la nueva temporada sin las prisas del pasado reciente y con un listón al que nadie pensó poner a semejante altura. Ahí puede estar una de las claves; los hombres de negro y la afición no deben vestirse de luto si en algún momento los resultados invitan a la lágrima fácil, todo lo contrario, deben sonar palmas de aliento aunque huela al bacalao de mi admirado Iragorri. Los cuartos no los catan ni los que dan las campanadas de fin de año, así que cuando se saborea un cuarto es una auténtica campanada.
 En los buenos momentos sobra gente y falta sitio, en los jodidos aparece viceversa.
 El banquillo continúa en su 'Sito', lo cual es garantía de 'eSito'; permitidme el juego de palabras porque sobran. Y voy con los protagonistas, los que meten o fallan, rebotean o se rebotan y defienden o les ofenden, los jugadores. Bilbao tiene la suerte de contar, como Alejandro Dumas, con tres mosqueteros de lujo.
Raül López, Alex Mumbrú y Axel Hervelle. Si a su calidad técnica indiscutible le unes el que la camiseta vaya cosida a su piel logras un 'rien no va plus' (la releche) de jugador, y esa es otra de las claves de los últimos años en Bilbao Basket, calidad y sangre negra corriendo por sus venas.
 
Unir a este trío a Hannah con su descaro y puntería (bendita puntería), a un Shawn James del que sólo preocupa su tobillo derecho y no su currículo, un Bertans que siempre juega con sus muñecas (la cosa del meter) y al blanco, Alex Suarez, que no se pone rojo, debe ser garantía de éxito aunque a nadie se le exija poner la mano en el fuego, salvo que sea político y se queme, porque hablamos de un juego y a veces no hay quien lo entienda.
 Todos se acordarán de los que no están si las cosas no salen, y pasarán a mejor vida si salen; es lo que tiene el deporte o memoria de elefante u olvido eterno.
 Como dijo Horacio, el poeta romano,"CARPE DIEM", aprovecha el momento, porque ese ya no vuelve, y siempre hay que seguir soñando aún teniendo alguna pesadilla.
 
Por Mikel Cuadra. Ex-jugador del Caja Bilbao. Columnista deportivo.

@mikelcuadra