Despedida agridulce en casa para los madrileños
El Movistar Estudiantes se despide en casa de la temporada 2016-17 con un sabor agridulce, pues si bien no tuvo complicaciones para mantener la categoría, como en pasadas ediciones, lo cierto es que aspiraba a más.Con un equipo pleno de experiencia, y con Edwin Jackson como mascarón de proa, los colegiales dejaron atrás, durante gran parte de la temporada, los agobios clasificatorios, pero no consiguieron dar el siguiente paso, ser un aspirante a los playoffs.
Las lesiones de sus hombres altos, sobre todo, impidieron tener una continuidad de juego y haber logrado cotas más altas, aunque es verdad que compitieron en casi todas las jornadas.
Ahora, en la despedida y con nada en juego, Estudiantes quiere dejar un buen sabor de boca a sus aficionados ante uno de los grandes de la competición, el Valencia, que desea apurar sus opciones de ser primero de la fase regular, aunque lo tiene muy complicado tras la derrota de la última jornada en Andorra.
La llegada de Alec Brown para jugar los últimos partidos y cubrir la baja de Ondrej Balvin, que también llegó con la temporada avanzada, es toda una declaración de intenciones de crecimiento por parte del club colegial.
Brown es uno de los pívots más atípicos que existen en la actualidad por conseguir la gran mayoría de sus puntos desde el exterior, y más concretamente desde la línea de 6,75 metros, y por tener muy poca presencia bajo los aros, tanto en ataque como en defensa.
Aún así, Brown se ha adaptado bien y rápido a la especial idiosincrasia colegial y ha ayudado más de lo que se podía esperar en estas circunstancias requeridas de rendimiento exprés.
Ante el Valencia, Estudiantes tratará de "hacer un buen partido y poner las cosas difíciles al rival para tratar de ganar", en palabras de Salva Maldonado, entrenador local.
"Es el último partido en casa ante nuestra gente", recalcó Maldonado.