Ejecutivo de Adidas, culpable por corrupción en baloncesto universitario
Un antiguo ejecutivo de Adidas y otras dos personas fueron declarados culpables este miércoles de varios cargos de fraude en el marco de un proceso contra la corrupción en el baloncesto universitario estadounidense.
Tras un juicio de tres semanas, un jurado de Nueva York consideró culpables a James Gatto, exdirector de marketing para baloncesto a escala global de Adidas; Merl Code, consultor de esta firma deportiva; y Christian Dawkins, agente de deportistas.
Los tres se enfrentan a la posibilidad de pasar varios años en la cárcel por delitos de fraude y conspiración para cometer fraude.
El juez encargado del caso tiene previsto dictar su sentencia el próximo 5 de marzo.
Las autoridades estadounidenses acusaban a los tres hombres de canalizar de manera secreta pagos a familiares de jóvenes jugadores de baloncesto para asegurarse de que, tras dejar el instituto, jugaban en universidades patrocinadas por la marca deportiva.
Las normas del baloncesto universitario estadounidense prohíben a los jugadores aceptar dinero más allá de becas y la cobertura de ciertos gastos.
En este caso, las autoridades consideran que las universidades eran las víctimas de la conducta de los acusados.
"Las condenas de hoy exponen una cultura secreta de pagos ilícitos, engaños y corrupción en el mundo del baloncesto universitario", señaló en un comunicado el fiscal federal Robert S. Khuzami.
Según subrayó, los tres individuos serán castigados no solo por ignorar las normas de la competición, sino por violar la ley para beneficio propio.
"Los acusados no sólo engañaron a universidades para dar becas bajo circunstancias falsas, también privaron a las universidades de sus derechos económicos y mancharon el ideal que hace de los deportes universitarios una tradición querida por muchos aficionados", insistió Khuzami.
El caso saltó a la luz en septiembre del año pasado, cuando el FBI arrestó a diez personas, entre ellos los condenados hoy.
Otros dos sospechosos, un antiguo consultor de Adidas y un asesor financiero ya se habían declarado culpables previamente.