Un jugador de baloncesto, en riesgo de pena de muerte en Indonesia por posesión de marihuana

-
El estadounidense sostiene que el cannabis es un tratamiento médico para la enfermedad de Crohn
-
Luka Doncic vuelve a estar bajo la lupa, le pillan haciendo cola para comprar hamburguesas
Jarred Shaw, jugador de baloncesto estadounidense de 35 años y 2,11 metros de altura, se encuentra en prisión preventiva en Yakarta acusado de tráfico de drogas. El ala-pívot de los Tangerang Hawks de Indonesia sostiene que consumía cannabis para paliar los efectos de la enfermedad de Crohn que padece, pero las autoridades lo consideran narcotráfico, un delito que en el país puede castigarse con la pena de muerte.
De trotamundos del baloncesto a la prisión
Formado en la Universidad de Utah State, Shaw ha desarrollado una carrera internacional en equipos de México, Uruguay, República Dominicana, Argentina, Líbano, Túnez e Indonesia. En 2023 se proclamó campeón con los Prawira Bandung y sumó más de 1.000 puntos en la liga local, antes de fichar esta temporada por los Tangerang Hawks.
Su trayectoria se truncó cuando importó desde Tailandia un paquete con 132 caramelos de marihuana, 869 gramos en total, por valor de 400 dólares. Lo que parecía un envío rutinario resultó ser una operación encubierta: los repartidores eran diez policías infiltrados. Tras su arresto, su club lo suspendió y la liga indonesia lo expulsó de la competición.
Shaw apela al uso terapéutico del cannabis
El jugador defiende que el cannabis es el único tratamiento que le alivia los dolores provocados por la enfermedad inflamatoria que padece. “Lo que ellos consideran droga, yo lo considero medicina. Simplemente son culturas diferentes”, declaró desde la cárcel en una entrevista concedida a The Guardian. “Soy un enfermo, no un narcotraficante”, añadió.
Sin embargo, Indonesia aplica una de las legislaciones antidroga más duras del mundo. En 2016 ya se ejecutó a cuatro personas por delitos similares, tres de ellos extranjeros. Las autoridades han calificado el caso como “ejemplarizante” y afirman que investigan una supuesta red internacional detrás de la operación.
Mientras espera juicio, Shaw ha puesto en marcha una campaña de recaudación de fondos para financiar su defensa legal en el que se perfila como el partido más complicado de su vida.
