El All-Star de la NBA: la cruz de la moneda en el deporte de EEUU

La Super Bowl 2024 ha marcado hitos históricos tanto en la historia de la competición como en la de la televisión estadounidense. La cantidad de personas que se pusieron delante del televisión para ver la final de la NFL junto al precio de las entradas y la cantidad de dinero que se ingresó en publicidad, son algunos de los hitos que dejan la edición de 2024 como la más cara de la historia. Sin embargo, parece que en lo que se refiere a la competición de baloncesto, la NBA, su All-Star Weekend está perdiendo la fuerza que siempre había tenido.

Desde que aquel marzo de 1951 se reuniera el entonces comisionado de la NBA Maurice Podoloff y el director de publicidad Hasken Cohen se reuniera para impulsar una liga que daba sus primeros pasos decidiendo lanzar una réplica del All Star que tenía la MLB, la liga de béisbol, ha pasado medio siglo y ha sufrido muchas modificaciones. Todas ellas, con el objetivo de hacerla más atractivas de cara al espectador.

La NBA ha perdido audiencia en los All-Star Weekend

Sin embargo, como refleja 2playbook, ya no es la que era. El partido de estrellas que se pudo vivir en otras ediciones ya no tiene el mismo tirón que en épocas con leyendas como Kobe Bryant, Michael Jordan, Shaquille O'Neal... Algo que en los últimos años ha hecho que la NBA en busca de atraer marcas, colocara su nombre en eventos que tienen lugar en el Fin de Semana de las Estrellas.

Para muestra un botón, el All-Star del año pasado fue el que peor audiencia ha tenido en la historia del evento. 4,59 millones de espectadores. Un nuevo curso que cayó en audiencia, ya según Sports Media Watch un 29% menos con respecto a 2022. De hecho, es la mayor caída en una sola temporada desde el 2000.

Unas cifras que también se resintieron en cuanto al All-Satuday Night que registraron las cifras más bajas en 20 años con 3,42 millones de espectadores en la TNT. También tuvo una bajada de audiencia en los All-Star Rising Stas Challengue que bajaron a los 888.000 espectadores desde el 1,23 millones que tuvo el año anterior.

Unas cifras muy pequeñas si se tiene en cuenta los 23 millones de espectadores que vieron el All-Star de 1993 con Michael Jordan como figura. Unas cifras que señalan solo y únicamente al All-Star Weekend puesto que el NBA In-Season Tournament lo siguieron 5,68 millones de espectadores y las finales de la NBA de los dos últimos años han superado los 12 millones. 

El evento no pierde fuerza con respecto al aforo

Un fin de semana que es el evento bandera en términos de patrocinio, puesto que todos los sub-eventos cuentan en la nomenclatura con un title sponsor y cobertura en prime time. Por último, cabe destacar que, a pesar de la pérdida de audiencia, sigue siendo fuerte en lo que a asistencia se refiere. Utah, sede de la edición de 2023, tuvo un impacto económico, indirecto y directo, de 250 millones de dólares.