La paciencia como táctica negociadora
Se avecinan tiempos de cambios en el deporte español. La crisis azota a grandes y pequeños y hay deportes que la sufren más que otros. Y el Baloncesto no es ajeno a ello. La ACB es un mercado a la baja en el que los más listos conseguirán confeccionar la mejor plantilla al menor coste posible. Y el Cajasol, que no es ajeno a todo, juega sus cartas con paciencia, como el buen maestro de póker.
Hasta ahora, el Caja no ha realizado ningún fichaje, pero no hay prisas. Como tampoco hubo con la renovación de Aíto García Reneses. De la misma forma que Triguero no aceptó la oferta de renovación que reducía su salario hasta un tercio de lo que había percibido la pasada campaña, no es descartable que el propio pivot se desdiga y acabe llamando a las puertas del club si no le sale nada mejor. Y Lo mismo podría pasar con Williams y Bogdanovic. Nadie se vuelve loco, nadie revienta el mercado en el que se mueve el Cajasol, nadie rompe las hostilidades pagando mucho mejor que el resto de equipos y por eso apenas hay contrataciones.
El Cajasol ha marcado claramente la senda. En paralelo a una serie de cambios estructurales que el nuevo presidente José Aguilar está llevando a cabo en el club, y como consecuencia de la reducción presupuestaria, todas las ofertas son a la baja. Y el verano es muy largo. La liga no empieza hasta octubre y el Cajasol quiere medir milimétricamente cada euro que sale de la caja. Saldrá bien o mal, pero las cartas están marcadas. La táctica es la paciencia.