De la Cruz, el cuerpo dijo basta

El corredor catalán David de la Cruz (Etixx-Quick Step) estaba hoy en la salida de Córdoba pero ni llegó a pasar el control de fimas, no tomó la salida porque el cuerpo le dijo "basta", estaba disputando la Vuelta con la proeza y el heroísmo de una clavícula operada hace poco más de dos semanas.José Anselmo Moreno
Lucía bajo su camisa una protección en el hombro derecho porque en esta ronda española cada bache o cada vez que tenía que acelerar resultaba un tormento para él. No obstante, salió de Marbella sólo diecinueve días después de su fractura.
De la Cruz se rompió la clavícula en la segunda etapa del Tour de Polonia, el 3 de agosto, y nadie esperaba que apareciera en la salida de la Vuelta pero el día 21 estaba en la presentación de la ronda en Benahavís para sorpresa de todos.
"Quizá era un poco precipitado correr pero es la vuelta de mi casa y me hacía muchísima ilusión disputarla", ha reconocido David ante los periodistas.
Alberto Contador empezó a correr la Vuelta 2014 con la rodilla izquierda dañada tras una caída en el Tour de Francia y poco a poco fue a más, pero en el caso del corredor de Sabadell ha sido justamente al contrario.
"Cada jornada estaba sufriendo más, día a día la molestia ha ido a más, iba en la bici medio torcido y la verdad es que estaba siendo un calvario, ni siquiera ya podía ponerme de pie sobre la bicicleta y en las subidas era imposible", ha reconocido.
Imposible, sí, pero David de la Cruz ha sido siempre "un guerrero". Perseverante y batallador, su carrera tiene la particularidad de que comenzó muy tarde. Hasta hace poco más de cinco años ni siquiera montaba en bicicleta.
"No es una equivocación haber salido en la Vuelta porque el equipo me dio la oportunidad de escoger y yo quería probar, no quedarme con las ganas aunque sabía que era arriesgado", ha dicho.
"Tenía la libertad de venir y también la de irme si no podía más", ha agregado un corredor de la generación de 1989 y que con dieciocho primaveras trabajaba en un supermercado a la vez que estudiaba, aunque "con pocas ganas".
Un día se asomó a un escaparate y vio una bicicleta Iseran que costaba casi 500 euros. Fue una incoherencia porque a David no le gustaba el ciclismo. "Si es que hasta cambiaba de canal cuando lo pasaban por la televisión", cuenta entre risas.
Como si el destino le llevara de la mano, poco después vio un cartel en el que se anunciaba un grupo de cicloturistas que salían a rodar por los alrededores de Sabadell dos días a la semana.
Estaba aburrido, había dejado los estudios y se apuntó. A los dos meses ganó una carrera de poca monta y comprobó que, para su desgracia, el ciclismo se le daba mucho mejor que el atletismo que era su verdadera pasión.
Con veinte años dejó de mezclarse entre "globeros" y empezó a competir en aficionados al punto que, enseguida, se empezó a hablar de sus posibilidades. Dio el salto a profesionales unos meses después en las filas del Caja Rural. Todo a una velocidad supersónica.
En el año 2012 dejó su sello con un segundo puesto en la Vuelta a Asturias y un cuarto lugar en la Vuelta a Castilla y León. Resulta que era bueno y no lo sabía.
El equipo alemán del Netapp Endura le puso un contrato encima de la mesa para el año 2013. Esa temporada corrió la Vuelta hasta que una lesión en la rodilla le impidió seguir. Nadie lee conocía pero "chupó cámara" como el que más pues estuvo muchas etapas entre los mejores. Después pasó al Etixx Quick Step, su actual equipo
A David le ha contrariado sobremanera dejar esta vuelta porque le gustan las pruebas grandes, las de tres semanas, y se considera "un escalador que se defiende bien en la contrarreloj".
"Dicen que tengo potencial pero reconozco que he tenido mucha suerte porque se trata también de estar en el lugar oportuno en el momento justo", dice el corredor vallesano cuyo mayor golpe de suerte ha sido conocer a su vecino "Purito" Rodríguez, quien comenta maravillas de él.
"Joaquim fue una persona clave para mi paso a profesionales porque le habló de mí al Caja Rural y ahí empezó todo, es una referencia". Son los dos únicos corredores catalanes en la elite. En esta Vuelta ya solo queda uno