La fortaleza Sky desquicia a sus rivales

El Tour de Francia se gana en las carreteras pero también en las mentes. Sky lo ha entendido y por eso se ha presentado a la conquista de su cuarto Tour como una fortaleza inexpugnable, capaz de desquiciar a sus rivales y de ofrecer a su líder, Chris Froome, una plataforma de ataque permanente.Luis Miguel Pascual
Como si de una muralla diseñada por el gran Vauban se tratara, el Sky avisa a todo el que quiera atacar que tendrá que vérselas con el mejor equipo del pelotón. Una estrategia que, desde Froome a su director, Dave Brailsford, todo el equipo se encarga de repetir. La batalla psicológica también es importante.
"Lo que más confianza me da es ver tan bien a mi equipo. Desde que empezó el Tour no han mostrado el menor signo de debilidad. Me da confianza ver que los mis ocho compañeros están en un gran momento de forma, que todo el mundo recupera bien. Eso me da moral y crea buen ambiente en el grupo. Estamos listos para lo que queda", asegura el jefe de filas.
El número dos de la formación, Nicolas Portal, que cuando era ciclista estuvo a las órdenes de Eusebio Unzúe, actual patrón del Movistar y entonces del Caisse d'Epargne, lleva el duelo mental un paso más lejos.
"Creo que Eusebio se equivoca al repetir todo el rato que somos de lejos el mejor equipo. Si sus ciclistas no están al nivel que él esperaba, no me parece prudente decirles que somos demasiado fuertes", asegura el "manager" francés, que se permite dar lecciones a su expatrón.
Cómodamente asentado en el liderato del Tour, Portal lanza dardos al campo de donde procede su principal rival, el colombiano Nairo Quintana, una provocación que también utiliza Froome cuando asegura estar sorprendido de que nadie le ataque.
Portal va más allá y se permite criticar la gestión de los esfuerzos del Movistar. "Me extrañó ver a los escaladores del equipo rodar a fondo la primera semana", asegura el preparador galo.
El Sky es como el defensor de la muralla que provoca al asaltante. Y, para eso, es preciso que desde lo alto de la almena se mine la moral del sitiador para que cuando llegue el momento crucial del ataque le entren las dudas.
Por eso, el Sky muestra su músculo sin disimulo. Su líder se ha permitido unas banalidades hasta ahora impensables en el minucioso equipo británico. Un enorme riesgo bajando el Peyersourde para sacar 23 segundos; un abanico contra el viento en la llegada a Montpellier para obtener otros 12.
Más que la renta, Froome envió mensajes a sus rivales, en especial a Quintana, que se encogió en el ascenso al Mont Ventoux y que perdió cera de los dos minutos en la contrarreloj de Pont d'Arc.
Por el momento, la estrategia parece haber anestesiado a los rivales del Sky, que toman muy en serio el sistema defensivo de los británicos.
El Sky repite que le queda cuerda para rato, porque han diseñado el Tour como un proyecto paulatino en el que cada gregario tiene su momento. Como un equipo de fútbol moderno y sus rotaciones.
"Cada uno trabaja cuando le toca y descansa cuando trabajan los otros", asegura Portal, que en otra provocación más señala que aprendió ese sistema de Unzúe.
El ejemplo es el de Wout Poels en la pasada temporada, que estuvo al abrigo durante todo el Tour hasta que Froome le necesitó en la última etapa en el Alpe d'Huez y entonces apareció pletórico.
Este año los papeles han cambiado un poco, pero al Sky le quedan todavía cartuchos por si recibe ataques. No en vano, el equipo más rico del pelotón, que ha multiplicado por cuatro su presupuesto desde que llegó al pelotón, se encarga de fichar a ciclistas que, en otras formaciones, podrían ser rivales directos de Froome.
Y, a diferencia de otros equipos, todos tienen un objetivo común, el de llevar a su jefe de filas de amarillo a los Campos Elíseos.
El Sky no se ocupa de ninguna otra meta, ni la clasificación por equipos, ni ganar etapas, ni el maillot de la montaña.
Como dice Froome, tiene a su lado a corredores líderes potenciales dedicados a hacerle ganar el Tour. Otro mensaje más directo a la moral de sus rivales.