Prueba de fuego para Roglic entre Cantabria y Asturias
José Luis Sorolla
Bilbao, 5 sep .- La llegada del pelotón a la zona norte de España por Cantabria y Asturias va a suponer uno nuevo giro de tuerca en la exigencia del recorrido de la Vuelta 2019 que supondrá una prueba de fuego para calibrar las fuerzas del maillot rojo, el esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma), antes de disfrutar de la segunda y última jornada de descanso.
La carrera entra en su segunda fase de jornadas de alta montaña, con tres llegadas en cuatro días en alto, dos de ellas en puertos de categoría especial el primer y último día, y otro de primera.
Los intentos de encontrar alguna fisura por parte del cuarteto de hombres que mantienen abiertas con claridad sus opciones para intentar desbancar de su privilegiada posición al esloveno volador antes de llegar a Madrid el próximo 15 de septiembre.
Los colombianos Miguel Ángel López (Astana) y Nairo Quintana (Movistar), el español Alejandro Valverde (Movistar) y el esloveno Tadej Pogacar (UAE Emirates), dada su situación en la clasificación, son los que deberán intentar buscar los puntos débiles de Roglic.
La esperada contrarreloj de Pau rompió la unidad que existía entre los hombres que las nueva primeras etapas habían seleccionado como prácticamente los únicos que podían pensar con hacerse con la propiedad del jersey rojo en esta 74ª Vuelta.
De estar agrupados todos ellos en el entorno del medio minuto de diferencia, el esloveno los desplazó a una distancia considerable, con Valverde y 'Supermán' López en el entorno de los dos minutos de desventaja, mientras que Quintana y Pogacar ya superan los tres minutos.
En estos cuatro días, antes de regresar al centro, cada cual deberá buscar alcanzar su máximo rendimiento en unas jornadas en las que el nivel de exigencia será máximo.
La primera cita de estos cuatro días será la de los Machucos, en una jornada en la que este puerto no permite el más mínimo fallo y se puede convertir en un buen puñado de segundos de pérdida.
Tras los Machucos, el pelotón vivirá un reparador respiro en las calles de Oviedo en lo que será una de las escasas oportunidades, que en esta carrera cotizan al alza, para los mejores velocistas. Solo dos veces han podido sacar a relucir sus cualidades, con triunfos para el irlandés Sam Bennett (Bora-Hansgrohe) y el holandés Fabio Jakobsen (Deceuninck-Quick Step).
El domingo y el lunes el trabajo a destajo lo deberán poner sobre la carretera los hombres del líder para llevarlo lo más lejos posible.
En la jornada dominical los competidores encadenarán por las siempre complicadas rutas asturianas hasta cuatro ascensiones consecutivas. Puertos considerados siempre decisivos, como el Connio y el Pozo de las Mujeres Muertas, a los que se unirá el Acebo, por dos vertientes, verán cómo el pulso entre los mejores alcanza su punto álgido.
Antes de tomarse un respiro de veinticuatro horas sin competir, la Vuelta descubrirá al pelotón ciclista la ascensión a la Cubilla en el Concejo de Lena. Oficialmente la última ascensión de esta decimosexta etapa será de 17,8 kilómetros, aunque los que conocen la zona aseguran que la ascensión real es de casi 25 kilómetros. Todo ello supondrá más de una hora de esfuerzo y producción de watios al límite constante que podría desvelar las debilidades uno o varios de los mejores.
Los rivales de Roglic confían en que el trabajo de desgaste que ya han realizado en las etapas anteriores y van a seguir desarrollando en todos estos días, termine saliendo a relucir en algún momento para poder apearlo del pedestal al que se subió en la capital del Bearn francés.
De todas formas el esloveno tiene claro que en los Machucos, por su extrema dureza, "los líderes estaremos solos en la ascensión final".
Con Roglic vestido de rojo, la carrera española ha entrado en unos días de estabilidad ya que en Bilbao ha logrado igualar los tres días vestido de rojo que firmó el irlandés Nicolas Roche (Sunweb) entre la segunda y la cuarta etapa. El ex saltador de esquí no solo espera superar al irlandés sino que pretende confirmar los pronósticos que apuntaban a él como máximo favorito y conservarlo en su poder hasta Madrid.