Pogacar también asombra en el podio y se marca un 'hidalgo' de cerveza tras la Amstel Gold Race
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El esloveno Tadej Pogacar, del UAE Emirates, volvió a demostrar este domingo quien es el ciclista más en forma del momento, imponiéndose de manera muy solvente en la clásica Amstel Gold Race. Cita neerlandesa donde la imagen más divertida del día la protagonizó el propio Pogacar. La empresa patrocinadora del evento entregó en el podio una cerveza a los ganadores y el esloveno decidió celebrar su triunfo bebiéndose la cerveza de un solo trago. Un acto que dejó sin palabras a todos los presentes, tanto público como rivales.
El joven de 24 años, doble ganador del Tour de Francia, consiguió con esta clásica primaveral de un día su quinta victoria de la temporada tras la Clásica de Jaén, la Vuelta a Andalucía, la París-Niza y el Tour de Flandes. Un inicio imperial y atronador que dice mucho de sus claras intenciones de ganarlo todo, al igual que sirve de aviso contundente para el resto de competidores de cara a las próximas pruebas.
Alguien: Tadej, ¿un hidalgo? 🙄
Pogacar: Sujétame la cerveza 🤪@TamauPogi continúa con su exhibición en el podio 🍻🍻🍻#AGR2023 | #LaCasadelCiclismo pic.twitter.com/INB08KWiNi
— Eurosport.es (@Eurosport_ES) April 16, 2023
"Ha sido una victoria increíble, no esperaba estar tan pronto en la escapada, luego he rodado muchos kilómetros pinchado, pero pude cambiar la bicicleta y luego llegar a meta. Di lo máximo hasta el final, estoy muy feliz", dijo Pogacar al terminar la carrera.
Tadej Pogacar hace lo que quiere y cuando quiere
El esloveno llegaba a la Amstel Gold Race con el cartel de favorito a llevarse el triunfo y el de Komenda no defraudó. A unos 80 kilómetros del final, se metió en la fuga principal con un grupo de once corredores. Pese a tener que luchar contra los elementos y tirar varios kilómetros con una rueda pinchada, Pogacar pudo cambiar de bicicleta, solucionar el problema y comenzar a aplicar su 'rodillo'.
Primero, atacar en el Cauberg, a 36 kilómetros de meta, logrando deshacerse de la gran mayoría de sus rivales. Para dejar a rueda tan solo al británico Tom Pidcock y al irlandés Ben Healey. Se pasó de un grupo de once ciclistas a uno de tres.
Más adelante, en el Kautenberg, a 29 kilómetros del final de la prueba, Pogacar decidió seguir las palabras del ausente Van der Poel y volvió a meter un marcha más para poner rumbo a la victoria en solitario. "Van der Poel me aconsejó atacar en el Kautenberg, se lo agradezco", confesó contento el esloveno al término de la clásica. Un golpe ganador que abrió hueco y que condenó a Pidcock y a Healey, que pese a intentar una persecución poco pudieron hacer.
Finalmente, Tadej Pogacar logró llegar a la línea de meta de manera bastante sobrada, abriendo bien los brazos en señal de victoria. Con Healy a 38 segundos del campeón y Pidcock a 2.14. No hay quien pueda con el actual rey del ciclismo, mientras él celebra con una buena cerveza su dulce momento.