El único ‘pero’ del nuevo Audi Q5: si lo vas a comprar lee esto y decide qué hacer 

Audi fue una de las marcas que hace ya años apostó claramente por los SUV. Junto a BMW y Mercedes, los de los cuatro aros vieron en este tipo de carrocerías una nueva vía de negocio y el futuro en las carreteras europeas.

Acertaron al cien por cien. Hoy en día no hay fabricante que no cuente, como mínimo, con un SUV en su catálogo. En el caso de Audi son varios, siendo el Audi Q5 uno de los mejor valorados por los que tienen uno.

Y es que estamos ante un SUV de tamaño medio, con todo lo necesario para responder con orgullo al adjetivo premium y con un diseño tan elegante como deportivo. Ahora los germanos han actualizado la segunda generación de este modelo. Un lavado de cara que tiene muchas cosas positivas y tan sólo una negativa.

El ‘pero’ del Audi Q5

Y esa no es otra que el propio diseño. Son muchas las marcas que, en vez de esperar a las nuevas generaciones de sus modelos, optan por grandes cambios en sus actualizaciones de mitad de ciclo. Lo hemos visto recientemente en Peugeot con el 3008 o en Seat con el Ateca.

Sin embargo Audi apuesta por todo lo contrario, por el continuismo. Entre otras cosas porque el diseño del Audi Q5 ya era antes de esta actualización más que bonito y elegante. Y los de los cuatro aros no son precisamente un fabricante al que le gusten los cambios bruscos. Todo lo contrario.

Es cierto que ha cambiado la parrilla delantera y los grupos ópticos traseros, pero, en líneas generales, las diferencias tras el lavado de cara son muy pocas. Algo que, para los que esperaban un nuevo Q5 con cambios supone un ‘pero’ importante. Eso sí, más allá de este ‘problema’ (para muchos, desde luego, no lo es), este SUV sigue siendo una de las mejores compras en el segmento premium.