Los informes en España que dejan en evidencia el mercado del coche eléctrico
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Es cierto que las cifras relacionadas con las ventas de coches eléctricos son positivas cada mes en España. El crecimiento del coche sostenible en nuestro país es constante. No obstante, los números dejan mucho que desear. Demasiado. Dejan en evidencia que España está a la cola en Europa.
Sin ir más lejos, según los datos de ventas de coches eléctricos, el pasado mes de agosto las matriculaciones de coches eléctricos supusieron un 2,8% de las ventas de coches. En total se matricularon 1.473 unidades completamente eléctricas. Una cifra que, pese a ser positiva, dejan en evidencia que este sector sufre un serio retraso en nuestro país. Solo consiguen maquillarse si añadimos los híbridos enchufables, ascendiendo hasta un 8,2%.
Las ventas de coches eléctricos en España son paupérrimas
Si comparamos estos números con otros países, queda en evidencia que el avance en el sector es lamentable. Por ejemplo, en Alemania se matricularon 31.734 unidades, lo que significa una cuota del mercado del 16%. Además, sumando los PHEV, la cuota aumenta hasta el 28%.
Del mismo modo, en Francia se matricularon 19.712 coches eléctricos, lo que supuso un 14% del total de las ventas. Mientras que en Portugal, con 1.163 coches eléctricos, registraron un 9% de las ventas.
Una situación que se produce por varios factores. Uno de ellos tiene que ver con los precios. Estos son inasumibles para la mayoría de conductores, incluso aprovechando las ayudas del Plan MOVES III. Y es que los costes que implica comprar un coche eléctrico no van acorde con los sueldos que se pagan en España.
Problemas de dinero y de infraestructura
Según BancoMundial.org, el sueldo medio en España es de 40.775,30 euros, mientras que en Alemania y Francia es de 57.926,60 euros o 50.728,70 euros, respectivamente.
Pero el precio de los coches no es el único problema. Porque en Portugal, por ejemplo, el sueldo medio es inferior al de nuestro país. La renta per cápita en el país vecino es de 35.888,20 euros, también muy por debajo de la media europea que se sitúa en los 48.436,30 euros. Con lo que el dinero no sería el único problema a salvar.
Esto nos lleva a confirmar que el otro gran problema tiene que ver con la pobre infraestructura de puntos de carga que existe en España. Una red que genera muy poca confianza a los conductores españoles, que siguen prefiriendo la seguridad de tener combustible eligiendo un coche de combustión.