El estilo y la clase nunca pasan de moda y, por eso, tanto el Mercedes Clase A como el Mazda CX-30 siguen cosechando adeptos. De los dos, el japonés es la opción más económica.
El SUV mediano de la marca de Hiroshima se presenta en los concesionarios con 4,4 metros de largo, 1,54 de alto y 430 litros de maletero. Son dimensiones muy parecidas a las del Clase A de Mercedes, que mide lo mismo, pero se queda en el 1,41 de altura y con 355 litros de maletero porque, en lugar de ser un SUV mediano, se conforma con presentarse como un compacto con vocación deportiva. Gana, eso sí, en precio. Y lo hace por mucho: los 25.136 euros que cuesta el CX-30 más barato se convierten en 38.125 si la versión de acceso que nos llevamos a casa es la del Mercedes Clase A.
El Mazda CX-30 más sencillo llega con un 2.0 MHEV de gasolina de 122 CV. Por encima, encontramos idéntico propulsor, pero con 150 CV y si nos hace falta más potencia podemos optar por otro motor, también microhíbrido, pero de 186 CV. Existen versiones 4WD y en ninguna de la motorizaciones que se ofrecen se superan los 6 litros de consumo cada 100 km.
El SUV Mazda CX-30 se nos ofrece con tres niveles de acabado: Origin, Evolution y Zenith. De serie, todos incluyen faros LED, Head Up Display, navegador, control de ángulo muerto, bluetooth y control de crucero adaptativo. Hay pocos SUV compactos tan completos en el mercado y a un precio así de asequible. Y, encima, es un coche con una presencia que hará las delicias de quienes disfrutan con la sencillez de lo clásico. Se echan en falta, eso sí, versiones diesel.