La DGT tiene una quinta etiqueta medioambiental
No es que sea precisamente ningún secreto que es uno de los grandes cambios que se han producido en la industria del automóvil en los últimos tiempos es la entrada en juego de los motores híbridos y eléctricos, abriendo así la posibilidad de ir dejando poco a poco atrás a los motores de gasolina y diésel tradicionales.
En este sentido, es también de sobras conocido que a partir de 2035, al menos que los planes no cambian radicalmente, tan solo se podrán vender en Europa modelos 100 × 100 eléctricos, de ahí que muchas marcas ya se están preparando en este sentido.
Sin embargo, este tipo de cambios y de novedades no afectan tan solo a las marcas ni a los conductores en lo que se refiere al consumo de los coches o las mecánicas en sí, sino también a la movilidad, especialmente en las grandes ciudades de nuestro país.
La etiqueta de la DGT para vehículos de carsharing
Y es que, como bien saben especialmente los conductores que viven en una gran ciudad, hace etiquetas de la DGT se han convertido también en algo primordial a la industria. En este sentido, evidentemente las cuatro etiquetas más utilizadas son las más conocidas, pero eso no significa que no existan otras que tengan también su peso.
Una de ellas, por ejemplo, no tiene nada que ver ni con las emisiones del vehículo ni con el tipo de motor, sino con el uso que se le da al coche. Se trata de la pegatina V-26, la pegatina asociada a los vehículos de uso compartido, ya sean coches de carsharing o motos de motosharing.
Este tipo de vehículos tienen algunas ventajas frente a otros, como el hecho de tener algunas plazas de parking específicas para ellos así como poder hacer uso del carril VAO. No es obligatorio lucir esta etiqueta en el parabrisas, pero al hacerlo facilitan el trabajo, por ejemplo, de los agentes de tráfico.