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Seat, Toyota, Peugeot y compañía ya lo saben: el cambio inminente en el precio de la gasolina

L.A. Pérez de la Pinta

Llevamos muchos meses pasándolo fatal cada vez que toca llenar el depósito pero, como decían los Medina Azahara, Todo tiene su fin o, al menos, debería tenerlo: se acercan tiempos mejores para repostar y sucede por una conjunción de factores que van a beneficiar al usuario por primera vez en muchos meses. Las grandes marcas ya lo saben y, quizá, se note también en las ventas.

Más carburante en el mercado

La pandemia retrasó o paralizó directamente muchos proyectos de nuevas refinerías que, principalmente en Estados Unidos o en países emergentes en los que la demanda no para de crecer, deberían haberse completado ya. Estos retrasos, unidos a las dificultades que la Guerra de Ucrania ha generado a la hora de acceder a determinadas materias primas bajo el control de Rusia, se tradujeron en una cierta carestía de combustibles que disparó los precios. Ahora, olvidada ya la pandemia, se retoman muchos de los proyectos de nuevas refinerías que se paralizaron. De hecho, sólo en este 2023, la capacidad mundial de refino crecerá en 1,5 millones de barriles diarios. Es, sin duda, el mayor aumento de las últimas décadas. Países como Kuwait, Nigeria, México o China completan sus refinerías previstas y todos salimos ganando con ello.

Crudo más barato

Con los carburantes por las nubes y la revolución verde en marcha, Occidente se ha acostumbrado a consumir menos petróleo. Por eso, los precios se reducen. Así, los casi 110 euros que costaba el barril de Brent en junio pasado son ahora unos setenta y podría seguir bajando según parece. La gasolina y el gasóleo, por supuesto, también bajan y se nota cada vez que repostamos. Las petroleras, además, aplican descuentos propios.

¿Menos inflación?

Si el petróleo se modera, más pronto que tarde esa mengua de costes se trasladará a los productos de consumo sobre suyos precios se repercute el incremento del gasto logístico y de transporte. ¿Acabarán bajando también la inflación y, quién sabe, los tipos de interés?

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