La trayectoria de los coches eléctricos no está siendo precisamente un camino de rosas. El sector está lidiando con varios inconvenientes. Que si una red de puntos de carga que deja mucho que desear, autonomías bastante contenidas, precios muy elevados, la incertidumbre con la duración de las baterías… Una serie de problemas a los que debemos sumar uno nuevo: las olas de calor.
Los calores veraniegos están siendo una pesadilla para los coches eléctricos. Algo que se está notando especialmente este verano, en el que se suceden olas de calor en todo el territorio. Altas temperaturas que están afectando seriamente a muchos coches eléctricos y a sus baterías, que ven resentidas sus autonomías.
Por si no lo sabíais, se han hecho estudios sobre ello. Y sí, las temperaturas extremas juegan malas pasadas a las baterías. De hecho, este problema también se da en invierno, cuando las temperaturas son demasiado bajas. Aunque la cosa no es tan grave como en verano.
En España, algunas zonas han superado los 38°. Algo que supone graves consecuencias para los coches eléctricos. Según un estudio elaborado por Recurrent, a 35° la autonomía solo baja un 5%. No obstante, por encima de esta temperatura, la autonomía cae hasta un 31%. El porcentaje dependerá de la calidad del sistema de refrigeración y de su eficiencia. “La disminución del rango por el calor se debe a la química de la pila. A partir de 40ºC se rompe capa de emisión pasiva en el ánodo, consumiéndose el electrolito líquido. Esto acorta su vida útil”, señalan desde AutoNews, donde se han hecho eco del estudio.
Asimismo, también debemos tener en cuenta que el uso del climatizador o del aire acondicionado también supone un desgaste mayor de las baterías.
Todo ello, sumado a la pobre infraestructura de puntos de carga, está siendo un problema para los propietarios de coches eléctricos que pensaban disfrutar del verano con su nuevo juguete.