¿Carga monofásica o trifásica para el coche eléctrico? Beneficios e inconvenientes
Uno de los principales motivos de preocupación entre aquellos conductores que se comprar un coche eléctrico es el punto de recarga. No es que sea precisamente ningún secreto que la inmensa mayoría de los que optan por hacer el cambio y pasarse un coche 100 × 100 eléctrico es porque saben que van a poder cargarlo en casa, entre otras cosas porque acaba siendo la forma más barata de recargar un coche eléctrico.
Eso sí, como ocurre también con la elección del propio coche eléctrico, la elección del tipo de carga puede acabar derivando en diferentes repercusiones económicas. Y es que no es lo mismo instalar un punto de carga monofásico o trifásico en casa.
Las diferencias y las ventajas de las cargas monofásicas y trifásicas
La principal diferencia entre estos dos tipos de carga es la potencia y la velocidad de carga. Como no podía ser de otra forma, las monofásicas son cargas más lentas y, por lo tanto, acaban siendo también más baratas. Sin embargo, las trifásicas, permiten cargar mucho más rápido el coche, aunque eso implique también el coste más alto de la factura final de electricidad.
Es por eso que cada tipo de carga está pensada para unas necesidades diferentes. Para aquellos conductores que cojan el coche poco o realice un pocos kilómetros y no necesiten siempre tenerlo cargado al 100 × 100 y que la carga sea además rápida, las cargas monofásica son más que recomendables, porque son más baratas de instalar y porque acabaron la percutiendo en una factura más barata.
Si por el contrario lo que necesitamos es una carga rápida y tener la seguridad de tener el coche casi siempre cargado al 100 × 100 en apenas unas horas, la carga trifásica, aunque acabe suponiendo un mayor gasto final, es mucho más adecuada. Evidentemente cada conductor sabe cuál es su situación, pero al final, lo más cómodo y lo que ayuda a cargar el coche más rápido es la carga trifásica, aunque acabe siendo más cara.
