El BMW X5 no es precisamente el modelo más vendido de la marca alemana en España, entre otras cosas porque, si bien es cierto que son muchos los modelos de BMW que se sitúan por encima en cuanto a precio, el X5 no es un modelo barato.
Es más, tal y como podemos ver en el configurador de la marca, la versión de acceso a la gama de este SUV de grandes dimensiones tiene un precio de partida de más de 86.000 euros.
La parte positiva en este caso es que llega más que bien dotado de serie, con un motor diésel de casi 300 caballos de potencia con un sistema de micro hibridación ligera asociado a una transmisión automática y a un nivel de equipamiento muy alto desde el acabado más sencillo. El problema es que, como saben en BMW, hay una alternativa interesante también en España que es igual de premium pero más barata y, para muchos, es incluso mejor.
No es otro que el Volvo XC90, el SUV más top de la marca sueca que, tal y como podemos ver en el configurador del fabricante, tiene un precio de partida de poco menos de 80.000 euros, incluso puede ser más bajo contando con diferentes ofertas.
En su caso llega de serie con un motor diésel también con un sistema de micro hibridación ligera por lo que puede lucir también la etiqueta ECO de la DGT. Eso sí, en su caso su potencia es menor, de 235 caballos, aunque llega también asociada a una transmisión automática y a una tracción a las cuatro ruedas.
Evidentemente en este nivel de coches de gama alta el precio no es el principal argumento de los compradores, pero cuando existen diferencias tan interesantes como en este caso, las opciones más baratas suelen ser un poco más interesantes evidentemente.